Martes negro para el régimen mediático: clasificación del Madrid y defunción de Hugo Chávez.
A los aficionados madridistas en Old Trafford los ingleses les llamaron “¡pobres!” agitándoles unas libras a la cara, y aquéllos contestaron coreando el nombre de Mourinho, en cuyas manos está lo que queda del patriotismo hispánico.
Lo del segundo de Ferguson, el sir con nombre de tractor, culpando al árbitro turco de la derrota ante el Madrid es como lo de Maduro, el segundo de Chávez, culpando a la CIA del cáncer del comandante, y la mercancía la ha comprado el periodismo español, tan chavista como Maduro y tan antimadridista como el segundo de ese Ferguson que sabe (por viejo, no por diablo) que en el mundo la única leyenda a batir es la del Madrid, que ayer cumplió 111 años.
El antimadridismo rampante explica con la tarjeta roja de Nani(¡Nani!) la victoria del Madrid en Manchester como la “Antiespaña” de nuestros abuelos explicó con el caballo blanco deSantiago la victoria cristiana en Clavijo, y por eso Maeztu pedía no transigir ni con que fuera tordo el caballo, igual que el madridismo “underground” (lo demás es piperío) no ha de transigir ni con que fuera amarilla la tarjeta.
En el breviario de podredumbre de esta patología cultural el color de las tarjetas en los partidos del Madrid dejó de tener sentido la noche en que un central del Levante abrió con el codo, que era el bisturí de Dexter, la cara a Cristiano Ronaldo y el árbitro, con voz de arpa y general consenso periodístico, le dijo levántate y anda, mientras el sano pueblo cantaba “ese portugués, qué hijo p… es”.
Los ingleses nos llaman pobres no por lo que leen en las novelas de Somerset Maugham, sino por lo que oyen en los noticiarios de la BBC, donde esconden lo que Churchill dijo a Alfonso Paso:
–Hay otra cosa que los ingleses no podremos tener nunca. Una vez le dije que el Mediterráneo, ¿verdad? Pues otra más: ese endiablado Real Madrid.
Ignacio Ruiz Quintano
ABC
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