Duro correctivo el que ha recibido el Atlético hoy en Sevilla, en apenas 50 minutos el conjunto hispalense, visiblemente mejorado a las ordenes de Manzano, ha podido con un Atlético que ha sido preso de sus propios errores. Errores que vienen marcados por un planteamiento inicial cobarde, timorato y miedizo de Quique Sánchez Flores. Sorprendió con un trivote en el medio campo, condenando a un Forlán cada vez más desaparecido en combate a ser una isla en el frente de ataque rojiblanco.
Antes de desmenuzar el partido, como viene siendo habitual, confirmaremos otra regla universal del fútbol: Entrenador nuevo, victoria segura. Sorprendente (indignante para los aficionados sevillanos) como puede cambiar tanto un equipo en una semana, de ser un trapo en manos del Hércules a ser el vendaval que fue en tiempos pasados. Parece que el Sevilla con Manzano vuelve por sus fueros y se postula como firme candidato a las plazas que dan acceso a Champions League.
Como decíamos antes, las alineaciones de los dos preparadores técnicos fueron declaraciones de intenciones, Quique rehusó el morder al Sevilla a costa de reforzar las bandas, mientras, el Sevilla salió con todo y buscó el partido desde el inicio con un Kanoute que a medida que pasan los años y baja su físico sube su nível futbolístico. Bajó todos los balones que quiso, organizó el fútbol, hizo la vida imposible a los centrales rojiblancos y se permitió el lujo de poner el 3-0 en el marcador, un auténtico partidazo del malí.
Y con Kanouté dando una lección básica de fútbol, con Perotti y Capel incisivos en las bandas y la gran cantidad de corners que generó el Sevilla en los primeros compases del partido, el Atlético se limitó a defenderse como podía, más mal que bien, con De Gea sacando los primeros balones de la tarde y con tímidos acercamientos a Palop con el sello de Fran Mérida y Tiago. Transcurrían los minutos y la sensación era generalizada, tarde o temprano iba a caer el gol. Y así fue, minuto 29, Perotti se marca un magnífico eslalon dejando en evidencia, una vez más, a Antonio López y culmina su jugada asistiendo a un gran Negredo que con su definición pareció recordar a aquel jugador que deslumbró en Almería y que en Nervión ha aparecido a cuentagotas. Gol y más desconcierto para el Atleti que no sabía cómo parar la hemorragia. En plena hemorragia atlética llegó el segundo tanto para el Sevilla, una magnífica combinación entre líneas del conjunto hispalense dejó a Kanouté sólo delante de David de Gea, el malí demostró que el único paso que le queda para estar entre los grandes del fútbol mundial es la definición y falló el mano a mano, pero el rechace cayó a los pies de Perotti, que con la ayuda de Assunçao puso el 2-0 en el marcador. Partido finiquitado en apenas 35 minutos y una reflexión, cuando un equipo visita con miedo una cancha tan difícil como Nervión no parece extraño salir vapuleado en apenas 40 minutos. Y muchos os preguntareis, ¿del Atleti ofensivamente qué? Pues nada, sencillamente nada, circulación espesa, desborde inexistente y Forlán con la melancolía “made in Forlán” que sufre todos los años. Un auténtico desastre generalizado
Tras el descanso pareció que Quique se declaró culpable sin necesidad de un juicio, enmendó la plana sacando a Filipe Luis, cuyo fútbol está infinitamente por encima del de Antonio López y también introdujo en el campo a Diego Costa por un desaparecido Mario Suárez.
Comenzaba el segundo acto con un Atlético más valiente, dispuesto por lo menos a lavar su imagen, pero pronto se encontró con otro golpe, obra de Kanouté, que redondeó su gran partido con un magnífico derechazo que se coló junto a la cepa del palo. 3-0 y el partido, si ya de por sí estaba finiquitado, después de este gol, lo estaba aún más. KO por aplastamiento y 40 minutos de la basura y lo más duro, una sensación de que este partido al Atlético le ha quedado grande desde el minuto 1.
Con el 3-0, por fin apareció el Atleti en Nervión, Diego Costa dejó en evidencia a Forlán (¿Alguien cree que tiene nivel para ser Balón de Oro?) solo con actitud y verticalidad y el peligro comenzó a aparecer. Pronto se asociarían los dos jugadores más verticales del Atlético para acortar distancias, Fran Mérida, que en la banda es un vulgar jugador, cuando pasa a la zona central del ataque pasa a ser un jugador más que aseado, asistió a Diego Costa que con suspense y ayuda del palo, batió a Andrés Palop. Quedaban 35 minutos y un ligero rayo de esperanza apareció en el horizonte atlético. Esperanza que podía haberse convertido en ilusión si Forlán y Diego Costa hubieran estado acertados en dos acercamientos con mucho peligro al área de Palop. Pero la cosa se quedó como estaba y el Sevilla se limitó a hacer partícipe del triunfo a Luis Fabiano, al que necesitarán durante la temporada, mientras que el Atlético se conformó con que lloviera menos sobre su tejado. Ambos dejaron pasar los minutos y el envite finalizó con un resultado más que justo para el Sevilla, que se merendó al Atleti con una facilidad pasmosa.
Como dato preocupante dejo el hecho de que los últimos 45 minutos de Valencia y los 90 de Nervión, no son buena tarjeta de visita para los dos próximos desplazamientos rojiblancos, que a priori son tremendamente difíciles. Villarreal y el derbi capitalino. Muchas cosas debe cambiar Quique, empezando por la mentalidad del equipo, para poder puntuar en esas dos canchas.
Antes de desmenuzar el partido, como viene siendo habitual, confirmaremos otra regla universal del fútbol: Entrenador nuevo, victoria segura. Sorprendente (indignante para los aficionados sevillanos) como puede cambiar tanto un equipo en una semana, de ser un trapo en manos del Hércules a ser el vendaval que fue en tiempos pasados. Parece que el Sevilla con Manzano vuelve por sus fueros y se postula como firme candidato a las plazas que dan acceso a Champions League.
Como decíamos antes, las alineaciones de los dos preparadores técnicos fueron declaraciones de intenciones, Quique rehusó el morder al Sevilla a costa de reforzar las bandas, mientras, el Sevilla salió con todo y buscó el partido desde el inicio con un Kanoute que a medida que pasan los años y baja su físico sube su nível futbolístico. Bajó todos los balones que quiso, organizó el fútbol, hizo la vida imposible a los centrales rojiblancos y se permitió el lujo de poner el 3-0 en el marcador, un auténtico partidazo del malí.
Y con Kanouté dando una lección básica de fútbol, con Perotti y Capel incisivos en las bandas y la gran cantidad de corners que generó el Sevilla en los primeros compases del partido, el Atlético se limitó a defenderse como podía, más mal que bien, con De Gea sacando los primeros balones de la tarde y con tímidos acercamientos a Palop con el sello de Fran Mérida y Tiago. Transcurrían los minutos y la sensación era generalizada, tarde o temprano iba a caer el gol. Y así fue, minuto 29, Perotti se marca un magnífico eslalon dejando en evidencia, una vez más, a Antonio López y culmina su jugada asistiendo a un gran Negredo que con su definición pareció recordar a aquel jugador que deslumbró en Almería y que en Nervión ha aparecido a cuentagotas. Gol y más desconcierto para el Atleti que no sabía cómo parar la hemorragia. En plena hemorragia atlética llegó el segundo tanto para el Sevilla, una magnífica combinación entre líneas del conjunto hispalense dejó a Kanouté sólo delante de David de Gea, el malí demostró que el único paso que le queda para estar entre los grandes del fútbol mundial es la definición y falló el mano a mano, pero el rechace cayó a los pies de Perotti, que con la ayuda de Assunçao puso el 2-0 en el marcador. Partido finiquitado en apenas 35 minutos y una reflexión, cuando un equipo visita con miedo una cancha tan difícil como Nervión no parece extraño salir vapuleado en apenas 40 minutos. Y muchos os preguntareis, ¿del Atleti ofensivamente qué? Pues nada, sencillamente nada, circulación espesa, desborde inexistente y Forlán con la melancolía “made in Forlán” que sufre todos los años. Un auténtico desastre generalizado
Tras el descanso pareció que Quique se declaró culpable sin necesidad de un juicio, enmendó la plana sacando a Filipe Luis, cuyo fútbol está infinitamente por encima del de Antonio López y también introdujo en el campo a Diego Costa por un desaparecido Mario Suárez.
Comenzaba el segundo acto con un Atlético más valiente, dispuesto por lo menos a lavar su imagen, pero pronto se encontró con otro golpe, obra de Kanouté, que redondeó su gran partido con un magnífico derechazo que se coló junto a la cepa del palo. 3-0 y el partido, si ya de por sí estaba finiquitado, después de este gol, lo estaba aún más. KO por aplastamiento y 40 minutos de la basura y lo más duro, una sensación de que este partido al Atlético le ha quedado grande desde el minuto 1.
Con el 3-0, por fin apareció el Atleti en Nervión, Diego Costa dejó en evidencia a Forlán (¿Alguien cree que tiene nivel para ser Balón de Oro?) solo con actitud y verticalidad y el peligro comenzó a aparecer. Pronto se asociarían los dos jugadores más verticales del Atlético para acortar distancias, Fran Mérida, que en la banda es un vulgar jugador, cuando pasa a la zona central del ataque pasa a ser un jugador más que aseado, asistió a Diego Costa que con suspense y ayuda del palo, batió a Andrés Palop. Quedaban 35 minutos y un ligero rayo de esperanza apareció en el horizonte atlético. Esperanza que podía haberse convertido en ilusión si Forlán y Diego Costa hubieran estado acertados en dos acercamientos con mucho peligro al área de Palop. Pero la cosa se quedó como estaba y el Sevilla se limitó a hacer partícipe del triunfo a Luis Fabiano, al que necesitarán durante la temporada, mientras que el Atlético se conformó con que lloviera menos sobre su tejado. Ambos dejaron pasar los minutos y el envite finalizó con un resultado más que justo para el Sevilla, que se merendó al Atleti con una facilidad pasmosa.
Como dato preocupante dejo el hecho de que los últimos 45 minutos de Valencia y los 90 de Nervión, no son buena tarjeta de visita para los dos próximos desplazamientos rojiblancos, que a priori son tremendamente difíciles. Villarreal y el derbi capitalino. Muchas cosas debe cambiar Quique, empezando por la mentalidad del equipo, para poder puntuar en esas dos canchas.
A.Briega
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