0 Real Madrid - Atlético de Madrid: el día de la marmota vuelve a Madrid

24 derbys después la vida sigue igual, el Real se ha impuesto al Atlético solventando el partido en apenas 20 minutos. El resto del partido, unos lo considerarán fuegos de artificio, otros pensarán que son firmes razones como para pensar que el marcador ha sido injusto. Meras especulaciones, el Madrid lo ha vuelto a hacer, ha vuelto a reducir al mínimo el derby en 20 minutos.

El inicio fue un vendaval madridista, aparecía el Madrid por todos los flancos de ataque, desde los laterales con unas subidas temibles, desde la mediapunta con un Ozil inconmensurable o desde la puntas con Higuaín y Ronaldo amargando la noche a los centrales rojiblancos. ¿El Atlético? Demostrando que a un derby no se puede salir con tan pocos argumentos, un campo como el Bernabéu exige una concentración colectiva perfecta y cuando el Atleti se empeña en salir a verlas venir, el resultado es incontestable.

Cuestión de tiempo fue que el tiburón atacara a su presa, minuto 13, Reyes en una excesiva conducción de balón pierde el balón de manera dudosa, quizás falta, quizás no, el caso es que el esférico llegó a Higuaín que tras hacer una pared con Ujfalusi dejó el balón franco para Carvalho que definío con gran claridad a De Gea. 1-0 y justicia en el marcador, más que por el juego el Madrid, por la actitud del Atlético.

Noqueado el Atlético, el Real puso una directa más y apenas 6 minutos más tarde, Cristiano forzó una falta en el pico del área. La falta ejecutada por Ozil, se coló sibilinamente por el palo largo, con la gran ayuda de David de Gea y Reyes. Panorama despejado para el Madrid, derbi cerrado y la única duda de las ganas que pudiera tener el Real de hurgar en la herida colchonera.

Sorprendentemente tras el segundo tanto el Atlético decidió aparecer por la Castellana, no hace falta decir, que llegar a la Castellana con 20 minutos de retraso, genera un atasco catastrófico. Dispuesto a deshacer el entuerto inicial y apoyados en un cada vez más imprescindible Reyes, los colchoneros dieron un paso adelante y pudieron acortar distancias en acciones de Agüero, Reyes y Forlán, repelidas por Casillas. Y como no, por tercera jornada consecutiva, llegamos al cómico capítulo arbitral. Un barullo en el área madridista acabó con un disparo del Kun con muchísimo peligro, peligro que se encargó de repeler Xabi Alonso, Mateu Lahoz y su asistente o no vieron, o mejor dicho, no quisieron ver lo que era un penalty clamoroso y una más que posible expulsión. El guión del partido podía haber cambiado, pero el director de la película decidió que todo siguiera igual. Agradeciendo el regalo y con una sensación de ligera languidez en el juego, el Real Madrid dejó pasar los minutos hasta el descanso, cómodo en el marcador y cómodo defensivamente.

La segunda parte comenzó prácticamente calcada al final del primer acto, el Atlético exigiendo un nuevo partido y el Real Madrid concediendo ligeras dudas. Aún así el primer susto, fue el que proporcionó Higuaín, con una volea terrorífica que destrozó el palo. En ese mismo instante se paró la maquinaria ofensiva del Madrid, siempre a expensas de tener que poner una marcha más si fuera necesario. El Atlético lo intentaba una y otra vez, protagonizada por los de siempre pero con la misma ineficacia de toda la noche. Destacar un disparo de Forlán a la madera y un disparo de Reyes que no quiso entrar. El partido no saldría de esta monotona dinámica hasta la entrada del renacido Benzema, que invirtió la tendencia del partido y volvió a darle el dominio al Real Madrid. Un dominio por inercia, para demostrar que el partido estaba en el punto que quería el Real Madrid y que poco o nada tenía que decir el Atleti. Y así moría el partido, entre intentonas de CR7, combinaciones de Benzema con Marcelo que generaban mucho peligro y poco más. El Atleti había tirado la toalla, posiblemente pensando, que tras los 20 minutos indignos y los 60 dignos el 2-0 quizás no era el mayor castigo imaginado.

Y esta es la película de este derby, tan parecido a tantos y tantos, en Marzo el Atlético intentará que la maldición no siga alargándose, una maldición que corre el riesgo de ser eterna y que tantos quebraderos de cabeza a aficionados y jugadores rojiblancos.

A.Briega