Se cumplen cuarenta años del topless de Josefa Flores, Marisol, que, a falta de otra cosa, fue saludado como la Libertad de Delacroixpor la propaganda de la Santa Transición, que nos vendía que el topless de Marisol era el tránsito del “Ha llegado un ángel” de Luis Lucia al “Ha llegado la democracia” de Adolfo Suárez.
La mamandurria española de estos cuarenta años (ni dos mil militantes tenía el PSOE) no se entendería sin aquel topless marisolero, entre los senos discretos y elegantes a lo Goya y los senos como peritas sanjuaneras a lo Watteau del libro de tetas de Ramón, con tantos y tantos tamaños de copa por talla, si bien los del estilo Marisol nos resultaban lucios, radiosos, rimbombantes, luníferos, ambrosinos, ledos, donosos y que, como compuestos de palabras llenas de ternura, trasmanaban ternura.
–Los senos del estilo estarán pimpolleciendo siempre porque son por naturaleza pimpolludos.
Ignacio Ruiz Quintano
ABC
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