miércoles, 24 de julio de 2013

0 Tempus fugit


Pedro Rubio

0 El cantante



Ahora, Jéctol, mientras te recuerdo cantando “Ah, ah, oh, no”, me pregunto a qué hora pasaron esos veinte años que llevas muerto.
Al oír la canción me dan ganas de acompañarte, porque nadie se queda impasible cuando tú suenas. Cuando tú suenas todos nos volvemos coristas.
Te oigo, Jéctol, te sigo oyendo.
Y yo te pido un besito
Ah, ah
Y te toco la manito
Oh, no
Y te digo que te quiero
Ah, ah
Que eres mi único anhelo.
Entonces me traslado mentalmente a una fiesta en Ponce, Puerto Rico, tu ciudad natal. Veo enamorados abrazados que se separan en la pista de baile para zapatear mejor la canción; veo gente que prefiere suspender la danza para dedicarse a contemplarte.
Es que contigo, Jéctol, no había pierde: uno ganaba si te oía, si te veía, si te bailaba, si se quedaba en casa oyendo tus discos, o si hablaba de ti con los amigos salsómanos. Eras el emperador del swing, el caporal del gozo, el dueño de la gracia. El amo del baile.
Hubieras podido encender la fiesta tú solo, cantando a capela, porque tenías pimienta, sabor, azuquita, pega-pega. Por eso eras Lavoe. Por eso eras LaVoz.
Conozco a varios cantantes de salsa que tienen una voz mejor que la tuya.
Andy Montañez, por ejemplo, o Jerry Rivas, y hasta Gilberto Santa Rosa, el dulzarrón. Tú no tenías la corrección académica de ellos en el canto; tú eras agudo, a veces chillón.
Además solías perder la métrica de la melodía y retomarla cuando te daba la gana, porque lo tuyo no era la asepsia sino el disturbio de los sentidos: tú no cantabas para que se oyera bonito sino para que se estremecieran hasta las piedras.
Y nos estremecíamos mientras te oíamos, Jéctol, aquella noche en el barrio Bélgica de Ponce:
Ay, tú eres mi bombón
Ah, ah
Mi bombón de chocolate
Oh, no
Cuando te miro a los ojos
Ah, ah
El corazón me late.
Sabíamos que eras “el cantante”, como lo pregonabas a los cuatro vientos en esa canción que Rubén Blades compuso especialmente para ti.
Un sonero de cinco pares de pinga, brother, como te decían quienes te aclamaban en las Antillas españolas.
Con la voz de Jerry Rivas, pulida y bien timbrada, cualquiera canta. Pero con la tuya, gangosa y asincopada, solo podías hacerlo tú, porque tenías una fuerza y un espíritu fogoso que estaban por encima del canto.
Lo que entonabas era secundario ante lo que comunicabas: tu bembé, tu sabrosura, esa especie de furor barriobajero que convertía cada canción tuya en una experiencia visceral.
En 1998 Tite Curet Alonso me contó por qué te dio a ti una de sus canciones más conocidas. “El único tipo al que se le oía creíble decirle a una mujer que es un periódico de ayer, era Héctor Lavoe ”.
Te oigo, Jéctol, te sigo oyendo. Porque aunque todos nos sepamos tu repertorio, aunque todos te hagamos el coro, tus canciones solo se vuelven únicas cuando las cantas tú.
Alberto Salcedo Ramos / ProDavinci

0 La portada del día 24/07/2013: ABC (España)


martes, 23 de julio de 2013

0 Dura Lex, sed Lex

Imagino que tendrán ustedes curiosidad por saber qué ocurrió, al final, con aquella banda de carteristas bosnias a las que, tras una escandalosa reincidencia delictiva, hoy detenidas y mañana en la calle, un juez prohibió el acceso al Metro de Madrid. Quizá recuerden que el arriba firmante se guaseaba de la medida, preguntándose qué ocurriría cuando esas prójimas se pasaran la decisión judicial por la bisectriz del chichi. Pero no ha hecho falta. La decisión no llegó a tener efecto, porque la Audiencia Provincial de Madrid, especializada en aplicar la ley irreprochablemente, sin casarse con nadie y sin que le tiemble el pulso -algún día contaré una nauseabunda experiencia personal relacionada con ese digno lugar-, ha tumbado la anterior decisión judicial, sentenciando que la banda de carteristas, y supongo que cualquier otra agrupación cultural de características semejantes, puede acceder a las instalaciones del Metro cuando le salga. Y punto. El derecho de libre circulación y uso de servicios públicos prima sobre cualquier otra circunstancia, etcétera. Con lo que las bosnias podrán seguir cometiendo delitos y faltas de hurto con perfecta impunidad, exhibiendo incluso el texto de la Audiencia Provincial de Madrid ante sus víctimas y ante la policía -supongo que lo llevarán plastificado para más comodidad- a fin de dejar las cosas claras y el chocolate espeso. Aunque lo que de verdad lo pone estupendo a uno, en la resolución, es un detalle delicioso: una de las causas por las que se tumba la anterior decisión de alejamiento del Metro es que ni en el atestado policial ni en el auto del juzgado de Instrucción n.º 47 de Madrid se identificaba a las personas a las que debía proteger dicha medida. Léanse el anterior párrafo otra vez, despacio. Y en efecto: eso, dicho en claro, significa que ni los policías que detuvieron 330 veces a las bosnias, con sus correspondientes 330 diligencias, ni el auto del juez que dictó la orden, detallaban los nombres y apellidos de todos los viajeros del Metro a los que se pretendía proteger con dicha medida. Por consiguiente, la cosa era excesiva y atropellaba los derechos de las desvalidas delincuentes, privándolas de un servicio de transporte «esencial», según la resolución. Que también ellas tienen sus derechos, oigan. Y sus corazoncitos.

Arturo Pérez-Reverte
XL Semanal
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0 La portada del día 23/07/2013: The times (UK)


viernes, 19 de julio de 2013

0 19ª Etapa: Boug-Diasar- Le Grand Bonard: Ni pudieron, ni quisieron

Ni pudieron, ni quisieron

Nos prometieron tanto en las primeras comuniones que nunca fue lo que esperamos. Como en todo lo que esperamos y nunca fue. Al pretender tanto después de una etapa bonzo como Alpe d´Huez era los que no cayeron. Froome y Contador salieron airosos de la etapa de ayer por la sencilla razón que eran los favoritos y nadie hizo nada. Y no porque no lo intentaran, que también, porque tampoco puedieron.

La etapa era tan quebrada como el resultado final. Rolland tiró tanto que, el que esto escribe, dijo que será próximo ganador del Tour y lo será. Pero esta serie de etapas, y a estas alturas de la noche, nos dejaba sorpresas de nombre de futbolista que al final eran de ciclista. Rui Costa fue el mejor y además el mejor de los nuestros. Porque tenemos que buscar un chauvinismo que- a falta de Quintana, que lo habrá- el Movistar es lo que nos queda de Kelme o lo que dios quiera que sea.


Total, que el órdago de mañana sigue siendo el de hoy: a un segundo puesto al que Alberto Contador está anclado por méritos propios pero no hay agallas a combatirle lo que el espera. Quintana, Joaquim, serán los órdagos de Alberto si quieren serlo. Hemos de ver que por ser tanto de un pedazo de corredor como Alberto no hemos de desmerecer a los demás. Ni él. Ni ellos.

0 Crónica de la 18ª etapa del Tour 2013: Gap-Alpe d´Huez

En lo de hoy sólo hubo una cosa: y quedó el más valiente. Porque está claro que Contador inició el ataque Purito nunca ganará una de estas, Valverde no tiene carisma y a Quintana le quedan tantos años como días en París.
mandando emisarios pero estaban todos tan dolidos, que no hubo verdad. Si creyéramos, aún, en esto del ciclismo, diríamos que quedan dos días y que ojo. Pero somos pragmáticos.

El análisis ha de ser el siguiente: Froome se caía, sí. Pero aún así se  caía menos que nuestro Alberto, al que le sacó minuto y pico. Alberto vino a este Tour diciendo que no, que no era el suyo, y aún así ha hecho un papel dignísimo de todos los que creemos en un corredor de verdad. Como Froome, que está mejor. La lucha se dirime ahora por los que acompañarán al oro en París. Hay quien será futura cúspide (Quintana). Hay quien nada más saldrá en la foto por días como el de ayer (Joaquim).

Que no sepa esto a un desprestigio de nadie, sino  a una honra a Joaquim o Nairo que pueden dejar sin pódium a Alberto. Contador ha escrito con letras agridulces, unas de las historias más bellas del ciclismo español: títulos, títulos, títulos. Ganados desde la misma garra que Froome. A quien el año pasado privaron de ganar su segundo Tour, con este. Ahora bien.

Dejo escrito, no como los que opinan, que todo es sospechoso. Y lo es. Lo suele ser principalmente cuando ganan a los nuestros. Me jode tanto que lo dejo escrito. Porque el ciclismo es muy perseguido y porque, desde que el Tour se prostituyó, es muy importante quedar segundo.


Pero creamos en la limpieza del deporte. En Indurain o Perico. En Óscar Pereiro, que destinaba el 10% del sueldo a la lucha antidoping y que nunca se sentó con un tramposo. No porque nos ganen son tramposos. Quizá sean mejores y hay que empezar a entenderlo. Como lo entendió Canal + Francia cuando empezó a hacernos los guiñoles.

Darío Novo

jueves, 18 de julio de 2013

0 Al Qaeda en el Magreb. Bases secretas (y V)

0 Ante todo mucha calma

Es curioso que de los mensajes entre Rajoy Luis Bárcenas el presidente del Gobierno se haya limitado a filtrar que la última llamada a su tesorero, hace cuatro meses, fue un error al equivocar el contacto. Lo verdaderamente creíble hubiera sido decir que los mensajes en realidad habían sido dirigidos a Bárcenas por error, pues el destinatario real era el propio Rajoy; un recordatorio de su estrategia ancestral, un estado de ánimo inasequible que le apareciese en la pantalla del móvil con las horas a modo de alarma. «Al final la vida es resistir», «tranquilidad, es lo único que no se puede perder» y «sé fuerte», antes de escribir otra frase suya que en el partido recuerdan viejos compañeros hoy castigados con su indiferencia: «Te llamaré mañana». La imagen de Rajoy, efectivamente, esperando su propia llamada. Y al sonar, que no fuese para él. 
El lema del escudo de armas de la carrera política del presidente es célebre, obra de otro gallego, Camilo José Cela, que dejó dicho que en España el que resiste, gana, si bien no contaba con que a su muerte resucitaría, al tercer día, la viuda. En lo peor de la crisis Rajoy aconsejaba a sus ministros que tuviesen calma, que no leyesen tanto la prensa, pues lo alarmaba todo, y que había que tener paciencia y resistir. Ese verano, tras saber que sus familiares recibieron algunos reproches de vecinos de Sanxenxo, envió desde Madrid un par de SMS en el que les pedía estar tranquilos y aguantar. La publicación de los mensajes con Bárcenas abunda en la sedación lingüística, la anestesia verbal enormemente fructífera en momentos de pánico. «Podrán quitarme todo», dirá sentado sin mover un músculo ante la magnitud del escándalo, «pero nunca me podrán quitar la tranquilidad». Sobre esta estrategia de comunicación, esta postura tan perfectamente descifrable que dispara todas las conjeturas, ha construido Rajoy sus éxitos; victorias desde paciencia como la de Indurain, que pedaleaba al mismo ritmo mientras le atacaban a izquierda y derecha y no osaba nunca levantarse del sillín, pues su molinete rendiría a los demás. 
Aguantó en primera fila sin aspavientos nerviosos la elección final de Aznar a la que se postularon divos y jóvenes («es usted el ministro espía», le dijo Carmen Rigalt; «es usted el ministro desconocido»). Y resistió ocho años haciendo una labor ingrata, un trabajo de desgaste en condiciones hostiles. «El de la oposición es el puesto más difícil en el que he estado», decía cuando se le recordaba que de ministro contaba que no se vivía mal. «Tengo un papel difícil: la crítica al Gobierno. Eso a la gente no le entusiasma». Reclamó para sí mismo la calma que exigía a los demás y llevó la resistencia a una dimensión ferozmente rajoyana: «Duermo de once y media a siete. No escucho la radio ni por la noche ni por la mañana. Prefiero no enterarme de nada». Es el Ante todo mucha calma de Siniestro Total, destino estridente que trata de evitar fantasmal como la mujer de la curva. 
Para superar ocho años sin poder se aplicó la letanía que trató de aplicar con Luis Bárcenas («al final la vida es resistir», «tranquilidad, es lo último que se puede perder» y «sé fuerte») con la salvedad de que al contrario de lo que ocurrió con él mismo, político de expectación itinerante, Bárcenas era un hombre hundiéndose con cemento en los pies; pedirle pachorra fue un error de cálculo. Y no el único. «Yo tengo pocas virtudes», dijo a Diario de Pontevedra en 2009. «Una de ellas es la capacidad de distinguir, aunque a veces me equivoque. En política, como en cualquier faceta de la vida, distinguir entre personas es muy importante». Fue un año después de nombrar a Bárcenas su tesorero.
Manuel Jabois / El Mundo

0 La portada del día 18/07/2013: El País


miércoles, 17 de julio de 2013

0 Paso de Calais


0 Una historia de España (V)

Y fue el caso, o sea, que mientras el imperio se iba a tomar por saco entre bárbaros por un lado y decadencia romana por otro, y el mundo civilizado se partía en pedazos, en la Hispania ocupada por los visigodos se discutía sobre el trascendental asunto de la Santísima Trinidad. Y es que de entonces (siglo V más o menos), datan ya nuestros primeros pifostios religiosos, que tanto iban a dar de sí en esta tierra antaño fértil en conejos y siempre fértil en fanáticos y en gilipollas. Porque los visigodos, llamados por los romanos para controlar esto, eran arrianos. O sea, cristianos convertidos por el obispo hereje Arrio, que negaba que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo tuvieran los mismos galones en la bocamanga; mientras que los nativos de origen romano, católicos obedientes a Roma, sostenían lo de un Dios uno, trino y no hay más que hablar porque lo quemo a usted si me discute. Así prosiguió ese tira y afloja de las dos Hispanias, nosotros y ellos, quien no está conmigo está contra mí, tan español como la tortilla de patatas o el paredón al amanecer, con los obispos de unos y otros comiéndole la oreja a los reyes godos, que se llamaban Ataúlfo, Teodoredo y tal. Hasta que en tiempos de Leovigildo, arriano como los anteriores, consiguieron que su hijo Hermenegildo se hiciera católico y liaron nuestra primera guerra civil; porque el niñato, con el fanatismo del converso y la desvergüenza del ambicioso, se sublevó contra su papi. Que en líneas generales estaba resultando ser un rey bastante decente y casi había logrado, con mucho esfuerzo y salivilla, unificar de nuevo esta casa de putas, a excepción de las abruptas tierras vascas; donde, bueno es reconocerlo históricamente, la peña local seguía belicosamente enrocada en sus montañas, bosques, levantamiento de piedras e irreductible analfabetismo prerromano. El caso es que al nene Hermenegildo acabó capturándolo su padre Leovigildo y le dio matarile por la que había liado; pero como el progenitor era listo y conocía el paño, se quedó con la copla. Esto de una élite dominante arriana y una masa popular católica no va a funcionar, pensó. Con estos súbditos que tengo. Así que cuando estaba recibiendo los óleos llamó a su otro hijo Recaredo -la monarquía goda era electiva, pero se las arreglaron para que el hijo sucediera al padre- y le dijo: mira, chaval, éste es un país con un alto porcentaje de hijos de puta por metro cuadrado, y su naturaleza se llama guerra civil. Así que hazte católico, pon a los obispos de tu parte y unifica, que algo queda. Si no, esto se va al carajo. Recaredo, chico listo, abjuró del arrianismo, organizó el tercer concilio de Toledo, dejó que los obispos proclamaran santo y mártir al capullo de su hermano difunto, desaparecieron los libros arrianos -primera quema de libros de nuestra muy inflamable historia- y la iglesia católica inició su largo y provechoso, para ella, maridaje con el Estado español, o lo que esto fuera entonces; luna de miel que, con altibajos propios de los tiempos revueltos que trajeron los siglos, se prolongaría hasta hace poco en la práctica (confesores del rey, pactos, concordatos) y hasta hoy mismo (véase la simpática cara de monseñor Rouco) en las consecuencias. De todas formas, justo es reconocer que cuando los clérigos no andaban metidos en política desarrollaban cosas muy decentes. Llenaron el paisaje de monasterios que fueron focos culturales y de ayuda social, y de sus filas salieron fulanos de alta categoría, como el historiador Paulo Orosio o el obispo Isidoro de Sevilla -San Isidoro para los amigos-, que fue la máxima autoridad intelectual de su tiempo, y en su influyente enciclopedia Etimologías, que todavía hoy ofrece una lectura deliciosa, resumió con admirable erudición todo cuanto su gran talento pudo rescatar de las ruinas del imperio devastado; de la noche que las invasiones bárbaras habían extendido sobre Occidente, y que en Hispania fue especialmente oscura. Con la única luz refugiada en los monasterios, y la influyente iglesia católica moviendo hilos desde concilios, púlpitos y confesionarios, los reyes posteriores a Recaredo, no precisamente intelectuales, se enzarzaron en una sangrienta lucha por el poder que habría necesitado, para contarla, al Shakespeare que, como tantas otras cosas, en España nunca tuvimos. De los treinta y cinco reyes godos, la mitad palmaron asesinados. Y en eso seguían cuando hacia el año 710, al otro lado del Estrecho de Gibraltar, resonó un grito que iba a cambiarlo todo: No hay otro Dios que Alá, y Mahoma es su profeta.

Arturo Pérez-Reverte
XL Semanal

0 Deontología

Supongan ustedes que son españoles y no se aflijan.

    Ya tenemos a España donde solía: “Una rumba bailada alrededor de un jamón”, que dijera hace cien años el cubano Bobadilla.
   
 Jamón, jamón.
   
 Lo que se da a los leones el día de su santo, que decían en Pombo los hambrones.
    
Hasta Ancelotti, el don Camilo de Valdebebas, en su primer día en Madrid, se ha dejado caer por el “Txistu” (donde el jamón que le gustaba a Capello) para ordenarse caballero (levantando una ceja) de la Orden del Señorío.

    Ancelotti es el Caballero de la Ceja en Ristre.

    Lo siguiente será Butragueño exponiendo ante la prensa con tabas en la mesa el 4-2-3-1 de Carletto.
    
Pero el personaje todavía es Bárcenas, mayordomo y ecónomo de la causa liberal que un día se marchó, y a su barco le llamó “Libertad”, y en el cielo descubrió gaviotas, y pintó estelas en el mar.
    
Al parecer, desde Antonio Pérez (hablamos de Felipe II) no se ha visto una cosa igual, y esa máquina de regañar que es Rosa Díez ya ha dicho que lo de un mayordomo largando es la crisis más gorda de la democracia y que si Mariano Rajoy no habla ya hablará Toni Cantó.
    
Pues Rubalcaba ya ha roto con el gobierno –me dice mi camarero.

    Rubalcaba es un actor de carácter y verlo romper con un gobierno después de cuarenta años impresiona, aunque impresiona más la impavidez de Mariano (una impavidez casi Tony Montana) con la sierra mecánica de los sayones al cuello.

    En cuanto a las anotaciones de los pagos en leuros del mayordomo y ecónomo en 2000, será el mismo birlibirloque que le costó a Dan Rather el puesto por documentar “el escaqueo de la mili de Bush” con un informe redactado con Microsoft Word… en 1972.
    
¿Dónde está la deontología? –grita de pronto Vázquez, portavoz deontológico del gobierno andaluz.
    
“La vecina me dice que no sabe / y mi suegra tampoco desde ayer. / No son horas de que ande por las calles. / ¿Dónde se habrá metido esta mujer?”

    Tenemos deontología para asar una vaca.

Ignacio Ruiz Quintano
ABC
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0 La portada del día 17/07/2013: La Gaceta


martes, 16 de julio de 2013

0 Puerta del Sol-Fuenlabrada (1890)


"La puerta del Sol en 1890. Podemos ver en la imagen un tranvía de mulas, que más que tranvía parece una diligencia ya que no parece que con esas ruedas circulara por vías de tranvía. Creo que la calle que viene a salir a la derecha de la imagen es Alcalá. Se puede leer el recorrido que hacía el tranvía: PUERTA DEL SOL - FUENLABRADA."

vía Madrid Antiguo

0 El Watergate de andar por casa

Como debemos andar escasos de mitos nacionales, el culebrón de Bárcenas ha despertado el deseo de disponer de un Watergate doméstico. Ya los hay que ven smoking guns por todas partes y sitúan a Rajoy en una escala delictiva superior a la de Nixon. Pero esto es un eterno retorno. Aquel celebérrimo escándalo no sólo pasó a formar parte del folclore de Estados Unidos, sino de todo el mundo mundial. Cuando un asunto turbio reúne ciertos rasgos susceptibles de relacionarse de algún modo con el que acabó abruptamente con la presidencia de Nixon, apuéstese a que habrá Watergate de andar por casa. Un Watergate en pijama y zapatillas, pues no es fácil que se repita la constelación de factores que derribó al trigésimo séptimo presidente de Estados Unidos.
Del Watergate no fascinan sus complejos meandros, sino el final de la historia, que consistió en la caída de un presidente. Ese final lo atribuye la leyenda a una heroica actuación de la prensa, que el sociólogo Michael Schudson asocia con el mito de David y Goliath. La idea de que dos jóvenes reporteros hicieron caer a un hombre todopoderoso se ha demostrado de un atractivo irresistible. Tanto que permanece a pesar del mentís de los aclamados protagonistas. El mismo Bob Woodward se desmitificó con perfecta profesionalidad: "Decir que la prensa echó a Nixon es una gilipollez". Pero no hay nada que hacer al respecto. Se sigue fantaseando con emular a Woodward y Bernstein, esto es, a Robert Redford y Dustin Hoffman, que una película con héroes y villanos cristalinos siempre le gana a la sucia realidad.
Yo le veo, así de entrada, algún problema a este Barcenasgate. La pistola humeante, por ejemplo. Hay quien piensa que ya tenemos varias a la vista, pero si hubiera una, vaya, sobraban las demás. El concepto lo acuñó un congresista republicano, Barber Conable, cuando se hizo público el contenido de una cinta que demostraba que Nixon había aprobado un plan para encubrir el asalto a las oficinas del Partido Demócrata. Ahí no hubo que deducir ni inferir nada, al contrario de lo que sucede con los sms entre Rajoy y Bárcenas, donde todo depende de la interpretación. ¿Le instaba a guardar silencio o le decía que se aguantara? Ah. El texto no da más que su literalidad.
El historiador Paul Johnson escribió que el Watergate había sido "el primer putsch mediático de la historia", y del odio que se profesaban mutuamente Nixon y los medios de la costa Este. Pero consideró que el papel del Congreso, controlado por el partido Demócrata, había sido crucial. Fue el Congreso el que puso en marcha el procedimiento de impeachment, paralizado tras la renuncia del presidente, por obstrucción a la justicia y abuso de poder. Bien. Ninguna de esas circunstancias concurre, por ahora, en nuestro escándalo. La acción judicial contra Bárcenas no fue obstruida y en el Parlamento no podrá reunir Rubalcaba mayoría para ese impeachment de Rajoy que pide con la mano en el corazón. El dramatismo siempre encubre la debilidad del argumento. A este Watergate le falta un hervor.
Cristina Losada / Libertad Digital

0 Lo mejor de Pablo Carbonell en Caiga quien caiga (I)




0 La portada del día 16/07/2013: ABC / El Mundo



sábado, 6 de julio de 2013

0 Dos adolescentes rusas borrachas decapitan a un mendigo y juegan al fútbol con su cabeza

A pair of Moscow teenagers were detained by police this week for allegedlydecapitating a homeless man with a saw and ax, reports say.
Russian tabloid Komsomolskaya Pravda reported Monday that the two teens had been intoxicated when they attacked the homeless man. One of the teens allegedly cut the man's head off, then scalping it and kicking it around like a soccer ball with his companion.
The newspaper writes that the teenagers kicked the head until it landed in a trash can. They reportedly left it there and returned home to sleep. RIA Novosti reports the head was "taken away by a garbage truck in the morning."
In a statement on its website this week, Moscow's Investigative Committee confirmed that a man's decapitated body had been found Monday, adding that law enforcement officials had arrested the two suspects after following a trail of blood that led from the crime scene to the teens' apartment, where a saw, an ax and bloodied clothing were discovered.
The Huffington Post

0 7ª Etapa: Victoria de Sagan antes de los Pirineos

Montpellier-Albi (205,5 km)

La victoria de Sagan (Cannondale) sobre la bocina de ayer, aumenta la aureola de un tipo díscolo pero simpático al que todo vimos candidato y así fue. Sentimos especial simpatía por Sagan desde que cumplió nuestro sueño con una azafata o desde que le vimos aparcar la bicicleta subiendo al coche por el capó. Pero, onirismos aparte, por días como el de ayer, Peter Sagan merece la simpatía del ciclismo que queda, el noble, que no deja perder minutos bajo la excusa desgastada de ser un esprinter. Porque Peter Sagan lo es, como lo demostró ayer por delante de Degenkolb y Bennati, que también lo son y por tanto, parte del espectáculo.

Fue una victoria bajo la campana, casi como las señales horarias de una radio que indican el fin de una cosa y el inicio de otra. Hoy, tras una semana de juegos de trileros con el sueño, aparece la montaña. El primer gran angular que tendrán que superar los ciclistas nos es conocido y nos pilla cerca: Los Pirineos. Apenas serán dos días por la montaña que separa España de Francia. La primera de ellas hoy, con dos puertos al final de la misma que será la primera toma de contacto y una segunda, mañana, con tres puertos de primera y uno de segunda que nos atarán al sofá por delante de paellas familiares.

Contador aseguró que  si puede atacará, lo que saca la vena taurina iniciados ya los San Fermines particulares de la Grand Bouclé. Habrá que ver cómo responde su cuerpo tras la caída y como lo hace también el de Purito Rodríguez que también ha probado ya el suelo francés. La pelota, no obstante, queda en el tejado de Froome toda vez que viene de correr y ganar una gran vuelta y acusará la tercera semana, ya con los Alpes de por medio. Señales horarias, comienza el juego.

0 La portada del día 06/07/2013: The economist (UK)


viernes, 5 de julio de 2013

0 ¿Qué misterio guarda Santa María de Eunate?


Pedro Rubio

0 El archivo secreto

"El caso es que, en medio de esta vorágine bricomaníaca, Mirás fue a parar a un cursillo de encuadernación. Acabó comprándose una guillotina y una prensa y le dedicó muchísimo entusiasmo al cosido de lomos. En su casa podéis encontrar auténticas enciclopedias falsas que, en realidad, son folletos de Lidl y de Alcampo en edición de coleccionista, el producto de su adiestramiento como encuadernador. Superado el preparatorio, se atrevió a meterle mano a los fascículos. Es verdad que la guillotina, a veces, le quitaba o le ponía grados al ángulo recto pero, en general, depuró la técnica.
Lo que no sabíamos es que, en realidad, lo que mi padre estaba haciendo desde su zulo de Mantelas era prepararse a fondo para dar salida a la edición clandestina, y única, de unas memorias profesionales larguísimas escritas durante más de 8.000 días con millones de caracteres: las mías.
El titular del reportaje con el que empezaba este texto, Una herida a punto de cicatrizar, es el primer capítulo de esa hemeroteca propia que me ha pagado las facturas todo este tiempo. Durante 22 años, mi padre ha ido guardando y clasificando cuidadosamente todo lo que he publicado en La Voz de Galicia. Es cierto que la sección de Santiago le ha quedado bastante mermada -más que nada porque está suscrito a la edición de Vigo y mis contribuciones a la prensa local apenas le llegan-, pero el resto de lo firmado está todo, absolutamente todo. No conozco otro caso igual. Y tampoco conozco a nadie que tenga las estanterías de su casa todas las colecciones que ha entregado La Voz a lo largo de su historia. ¿Alguien duda de la fidelidad familiar? Sobrecoge, eso sí, pensar que todo ese esfuerzo cabe en un miserable pendrive."
Nacho Mirás

0 6ª Etapa: El escudado Greipel levanta los brazos en Montpellier

Aix-en-Provence-Montpellier (176,5 km)



Decía Don Quijote de la Mancha que “amistades que son ciertas, nadie las puede turbar”. Algo similar debió pensar ayer Greipel (Loto-Belisol) de sus compañeros que lanzaron un sprint perfecto para conseguir su primera victoria en lo que va de Tour. Y eso que las turbiedades del asunto responden a nombres tan imponentes como Peter Sagan o Mark Cavendish. Ni con esas. Greipel llego tremendamente bien lanzado a la línea final con una preparación del sprint que duró casi un kilómetro hasta que su fiel escudero decidió descolgarse hacia la izquierda y “taponar” la salida de un Cavendish sorprendentemente mal colocado. Guarda el lanzador de sprints un punto entre amigo de confianza y pagafantas que nunca supimos dirimir, aunque la cena de ayer la pagara Greipel.

Fue un día histórico para el Tour y para un continente. Si el día anterior hablábamos de Asia con la escapada de Yukiya Arashiro (Europcar), nos toca dar el salto a África por el maillot amarillo de Daryl Impey. Los puntos fueron los culpables, así como que Simon Gerrans, compañero de equipo de Impey, entrara en la cola de un pelotón partido para con los sprinters por seis segundos, que beneficiaron a los diecisiete primeros. Un hombre pletórico Impey que se convirtió en el primer sudafricano en vestir de amarillo y que  quiso acordarse de Mandela y de Froome, este último por cuestiones del corazón:fue quien presentó a Impey a su actual novia.

El ritmo del pelotón fue tan duro como peligroso. Los equipos con sprinters no querían dejar de desaprovechar la casi última oportunidad (hoy hay colocado un repecho similar a los de Córcega a 30 de meta que tratará de dinamitar el pelotón) para la victoria. El ritmo peligroso acabó con varios protagonistas por el suelo entre los que se encontró Purito Rodríguez, parte de chapa y pintura, y Janez Brajkovic (Astana) que perdió 10.48 en meta en un día nefasto para su conjunto tras el abandono de Kessiakoff. La nota de color la puso Luis Ángel Mate (Cofidis) que sirvió más de minutos publicitarios que de opciones victoria reales. El pelotón ya tiene la cabeza en el sábado. Y nosotros no vamos a ser menos.

0 La lista de los buenos catalanes

Una noticia normal de un día normal en un lugar anormal. El Gobierno ha procedido a elaborar un registro público donde figuren nombres y apellidos de los habitantes que manifiestan por escrito su apoyo expreso a las decisiones políticas del poder. La lista permanecerá expuesta en las oficinas estatales a disposición de cuantos deseen averiguar, por ejemplo, quién ha rehusado declararse adicto a la autoridad. Contra lo que pudiera estar pensando el lector, el lugar anormal no es Corea del Norte sino Cataluña. Y huelga decir que la creación de ese catálogo administrativo de inquebrantables adhesiones no ha merecido el menor comentario crítico en los medios locales que aún se llaman de comunicación.
Ni un editorial conjunto, ni una columnita de opinión discrepante, ni una broma de la innúmera legión de graciosos en nómina de TV3, ni un manifiesto de los abajofirmantes habituales. Nada de nada. Solo el silencio de los corderos cuatribarrados. Las listas blancas y las listas negras, el inventario de los buenos y el de los malos, nosotros y ellos, España y la Antiespaña (o Cataluña y la Anticataluña, que tanto monta). Secular tradición de esta península cainita, la de señalar con el índice al disidente por acción u omisión, al fin superada, salvo, ¡ay!, en el país petit. Al cabo, la lista de Mas no deja de constituir un sucedáneo actualizado de aquel célebre Libro Verde de Aragón donde constaban las señas de cuantos pobladores no acreditasen la pureza de sangre necesaria para poder decirse cristianos viejos.
Desde el punto de vista físico, Cataluña forma parte de Europa, pero en lo espiritual anda mucho más cerca del archipiélago de las Galápagos. Igual que en esas remotas islas del Pacífico han logrado sobrevivir especies animales ya extinguidas en el resto del planeta, el ecosistema moral catalán ha conservado un tipo humano, el intratable centinela de la ortodoxia y martillo de herejes, por ventura desaparecido en la España civil y civilizada de más allá del Ebro. Como en las sociedades premodernas, en la Cataluña de Mas disentir de la religión oficial es sinónimo de abjurar del único dios verdadero. Y en nada cambia las cosas el que la teología sea laica y el demiurgo se llame nacionalismo. Todos firmes, van a pasar lista.
José García Domínguez / Libertad Digital

0 La portada del día 05/07/2013: La Gaceta (España)


jueves, 4 de julio de 2013

0 Al Qaeda en el Magreb. Bases secretas (IV)

0 Scolari, el último superviviente


Para Luiz Felipe Scolari (Passo Fundo, Brasil, 1948), siempre ha sido una cuestión de supervivencia. Procedente de una familia campesina relativamente acomodada –su padre llegó a ser futbolista profesional-, no tuvo que trabajar de joven repartiendo periódicos, llevando cajas de fruta o limpiando zapatos, como hacían algunos chicos de su edad. Sus problemas venían por otro sitio: no era lo suficientemente bueno con la pelota.Con el paso del tiempo, esa falta de talento la fue supliendo con trabajo hasta convertirse en un defensor duro y agresivo, de esos que basan su juego más en incomodar al rival que en prestar atención a la pelota. Sus compañeros lo llamaban pema-de-pau, que viene a ser algo así como pierna de madera. Suficientemente ilustrador. Llegó a jugar como profesional en equipos modestos como el Caxias, Juventude o CSA, club con el que ganó un campeonato Alagoano. Pocos los recordarán por esta faceta.
Como entrenador, en cambio, mostró más aptitudes.Fue haciéndose un nombre en equipos humildes hasta que Gremio de Porto Alegre le dio una oportunidad en 1993. No se equivocaron. En tres años ganó seis títulos (entre ellos la Copa Libertadores de 1995), un reconocimiento eterno y la ingratitud de muchos aficionados que le acusaron de traicionar los valores del fútbol brasileño enterrando el Jogo bonito. Aquel equipo de Scolari no jugaba bien al fútbol. Tampoco lo pretendía. Buscaba ganar.

Años después, meses antes del inicio del Mundial de Corea y Japón, obsequió a sus jugadores con un ejemplar de ‘El arte de la guerra’, libro escrito por Sun Tzu hace más de 2.500 años y que, entre otras cosas, explica cómo engañar al enemigo para doblegarle sin la necesidad de luchar. Nunca un libro fue llevado tan al pie de la letra sobre un terreno de juego como lo hizo aquel equipo. Scolari, que había llegado al cargo un año antes, se encontró una Selección al borde de la eliminación practicando un fútbol anárquico e impredecible. En su primer partido perdió 1-0 ante Uruguay con un gol de Federico Magallanes. Para el siguiente encuentro, había aprendido la lección: se resguardó atrás con tres centrales, colocó dos hombres rápidos por las bandas [Belleti y Roberto Carlos], puso un doble pivote y terminó ganando 2-0 a Paraguay. Terminó clasificándose de un modo honroso haciéndose fuerte en casa y meses después, levantaba la Copa del Mundo. Todos alabaron la importancia de su figura, su capacidad para sacar resultados de la nada. En menos de quince meses, había convertido a un equipo sin rumbo en campeón mundial. Brasil no deslumbró y para la historia ha quedado el triunfo de un bloque sólido y fiable. Pocos repararon en que ese equipo contaba con un renacido Ronaldo, al mejor Rivaldo, y a un incipiente Ronaldinho. Nunca se trató sólo de fuerza.

Un trotamundos

Profundo admirador de Helenio Herrera y de la épica de Brian Clough y su Nottingham Forest, Felipao se fue haciendo especialista en torneos cortos por una razón: dominaba como nadie la presión de los partidos a vida o muerte. Tras dejar la Selección brasileña al término del Mundial, se hizo cargo de la Selección portuguesa, a quién entrenó entre 2002 y 2008 (Subcampeonato de Europa y semifinalista del Mundial), y al Chelsea, donde no terminó de funcionar y fue despedido a mitad de temporada. Más tarde, una vuelta a Brasil para entrenar al Palmeiras, y una etapa económicamente atractiva en Uzbekistán hasta que hace unos meses asumió de nuevo el reto de hacer un equipo ilusionante de cara al Mundial del año que viene. Los que confiaron en él, sabían lo que se encontrarían.
La singularidad de Felipao consiste en motivar a sus jugadores hasta la extenuación. Luis Figo, a sus órdenes en el Mundial de 2006 con Portugal, todavía recuerda los papelitos que el entrenador pasaba por debajo de la puerta con mensajes estimulantes. “La disposición para los cambios en nuestros días es cuestión de supervivencia”. De eso se ha tratado siempre, de sobrevivir del modo más digno entre las crueldades que habitualmente ofrece el fútbol. En imponer la discutida lógica de que un equipo preparado para la batalla siempre es más efectivo que otro preparado para jugar al fútbol.“El resultado queda para la historia, el Jogo bonito pasa”, indicaba ayer Scolari en la rueda de prensa previa al partido de hoy. “Si ganamos, enviaremos un mensaje al mundo. España ha practicado el mejor fútbol en los últimos seis años, eso es indiscutible, pero nosotros debemos darle la vuelta a esta situación con fuerza, lucha y espíritu".
Borja de Matías / Grada 360

0 Rey del pollo a l´ast

Lo de Ramoncín parece una versión paródica de la mudanza que otro madrileño, José Bergamín, hizo al independentismo vasco. En los ochenta, en los años de plomo. Acaso Bergamín pensara, como Alberti, que los de la guerra fueron sus años más hermosos, aquéllos en los que más se divirtieron: «¡La Belle-Époque!». Así, un reflejo terminal habría animado a Bergamín a buscar, entre las mismas montañas que Otegui exige preservar hasta de internet, un Shangri-La utópico en el que aún se combatía. Y del que obtuvo un perfecto entierro de «gudari», que superó el de poeta, aficionado a los toros y acumulador de derrotas que le habría ofrecido Madrid. Lo comprendo. De poder elegir, yo querría ser enterrado como héroe victoriano, aunque sólo fuera para ser transportado por White Hall en armón, entre gaiteros y altivos gorros de piel de oso.
Ramoncín ha decidido no resignarse a los pocos estímulos que hay en la voluntad de ser España. A este lado no existe ni un espacio emocional en el que juntarse a prender mecheros durante un concierto. A mí me viene bien, porque estoy en una fase perezosa, de apetencia de soledad, en la que no me veo persiguiendo destinos colectivos con la música alta. Ni besos de la victoria como el de Times Square me apetecen ya. Estoy extinguido, como buen castellano que no aspira a reinventarse como otra cosa. Pero a Ramoncín le queda una brasita interior que ha puesto a disposición de otro Shangri-La nacionalista, al que se ha marchado a ofrecer auxilio como Sting a los indígenas de la deforestación amazónica.
Ése fue el gran error de Ramoncín, por el que lo abuchearon en el campo del Barcelona. En su saludo, como si no recordara qué sermón redentor le tocaba esta semana, mezcló Cataluña con Palestina, como un nuevo Bartolomé de las Casas que se propusiera encontrar el alma de unos buenos salvajes oprimidos por los españoles. Y la raíz burguesa del nacionalismo catalán lo chifló con ganas. Una cosa es pedir libertad, y otra muy distinta pasar por pobres. Luego aludió a la república española, y entonces sí que fue evidente que a Ramoncín le había hecho cortocircuito la gramola de los motivos de compromiso. Por poco no acabó dando vivas al Tibet libre y al subcomandante Marcos.
Hay que comprenderlo. No es fácil. Un oriundo de Vallecas puede levantarse por la mañana y decir, «Mira, me voy a hacer independentista catalán, como Dyango». Pero tampoco es que den un cursillo. A Ramoncín le ocurre con la militancia independentista lo que a los nuevos fichajes del Barcelona: necesita un tiempo de adaptación para integrarse en los automatismos del juego. Dice que anhela instalarse en la capital de una Cataluña independiente. Su elección de causa le impondrá por tanto un cambio horario menos abrupto que el de Willy Toledo

David Gistau
ABC

0 5ª Etapa: La primera de Cavendish

Cagnes-sur-mer-Marsella (228,5 km)



Y a la quinta llegó la vencida. Ni con los trazados escarpados en su final, el Tour logra romper la esencia de esos sprints finales en los que, quien más o quien menos, hacemos de riñones desde el sofá. A Cavendish (Omega) no le hizo falta siquiera eso. En la primera llegada en llano demostró por qué ha sido Campeón del Mundo así y lleva 24 victorias de etapa en su paso por la ronda gala. No tuvo rival. Sus sombras, Boasson Hagen (Sky) y Peter Sagan (Canondale) no pudieron en ningún momento con el británico tan líder en estos menesteres, como dejado para los deberes naturales de la carrera. Como es necesario –siempre- un poco de chauvinismo, diremos también que dos corredores españoles estuvieron entre los diez primeros. Las dobles jotas, Juanjo Lobato (Euskaltel) y José Joaquín Rojas (Movistar) fueron séptimo y noveno, respectivamente. Tan cerca, tan lejos.

El día discurrió con la normalidad de toda etapa que supera los 200 kilómetros: tedio, aburrimiento y escapada que finalmente no fue. El único revuelo en meta lo causaban los fotógrafos japoneses. Y es que, aun, nos sigue extrañando ver corredores japoneses en el Tour. Yukiya Arashiro (Europcar) formaba parte de la escapada junto a Lutsenko,de Gendt, Kevin Reza y Delaplace y Sicard, que cayeron cuando aún restaban 50 kilómetros para meta. Pero la ilusión de fotógrafos, corredor y un país se desmorona como se desmoronan estas escapadas de los anteriormente nombrados días tediosos: meta a la vista.

Nipones y sprints aparte, que ya es mucho decir, dos caídas volvieron a ser las imágenes aéreas del día.  La primera de ellas, sin apenas importancia, lanzó a unos ciclistas a la cuneta mullida a 50 de meta. La segunda, sin embargo, chocaría en suelo, de último kilómetro en concreto. La montonera fue tan grande, que temimos ver caras conocidas por aquello de la estadística. Pero hubo suerte para los nuestros. Por allí vimos a Pierre Rolland y al actual campeón del mundo, Philippe Gilbert. También vimos a algún Saxo y temimos lo peor antes de poner la radio y escuchar las tranquilizadoras palabras de Contador felicitando al equipo por haber evitado las dos caídas, las suyas, que a fin de cuentas, nos interesa chauvinísticamente. 

Darío Novo

0 La portada del día 04/07/2013: Al Akhbar (Egipto)


miércoles, 3 de julio de 2013

0 Gente y aparte: Recentrés y decalés por José Javier Esparza (ABC, 11 de abril de 1987)

Recentrés y decalés



Hacia 1992 habrá unos seis millones de españoles que, nacidos entre 1960 y 1970, formarán nuestra primera generación posmoderna. Creados en la prosperidad del desarrollismo, acostumbrados al televisor, teen agers de la transición, han despertado a la vida social al mismo tiempo que al pop, el cómic, el cine; protagonistas de huelgas estudiantiles, hijos del SIDA y de la Guerra de las Galaxias, los primeros posmodernos españoles son muy similares a los europeos. Educados en la moralina utópico-humanitaria y en la opresiva tolerancia de la generación precedente –la de mayo del 68-, cubren de sarcasmos las boutades sesentayochistas tipo Papá-Maravall: “puesta-de-largo-reivindicantiva-de-la-primera-generación-democrática”. Ellos serán los españoles cañís de 1992.

En Francia (con perdón), los expertos del Centro de Comunicación Avanzada han dividido esta generación en dos grupos mayores: recentrés y decalés. O lo que es lo mismo –y a la espera de alguna traducción más ingeniosa-: recentrados y desmarcados; de algún modo, centrípetos y centrífugos de una sociedad que los mira perplejos. Guillaume Faye los ha diseccionado en un libro que aún espera su versión española (La Nouvelle Societé de Consommation, 1984).

El recentrado trata de combinar el espíritu burgués con la preocupación social. Siente un intenso impulso de armonía doméstica que le hace concentrar sus esfuerzos en micro comunidades, barrios, espacios ecológicos de vida…Frenético consumidor de mensajes, alimentado por folletones televisivos y ciencia ficción, se aísla del mundo con instrumentos telemáticos y audiovisuales de terrible eficacia. Repliegue sobre sí mismo, fin de toda Revolución.

En cuanto al desmarcado, es opuesto y complementario del anterior. Su entorno político le importa un bledo. Psiquismo de soñador, busca continuadamente la evasión y se inclina a la esquizofrenia: se integra en la sociedad por su trabajo, pero está mentalmente en otra parte. Tan primitivo como sofisticado (simple música-ritmo en complejo walk-man), es audiovisual y sensitivo. Le gustan las revistas locas, la radio sólo-música, el cómic cinematográfico. Anda por aquí, pero su vida no entra aquí.

Recentrados y desmarcados: lenta, irrefrenable implosión de lo social, como bien había visto Baudrillard; pero no alimentemos miedos de decadencia. No habrá decadencia mientras, como dice Lipovetski, lo encontremos divertido. Nace así un consenso blando que guarda de todo riesgo nuestra seguridad social, nuestro humanitarismo cool y asistido por la providencia estatal. No, nadie nos privará, a estas alturas, de nuestros preciados fluidos corporales.

Recentrada, desmarcada, probablemente ambas cosas. Así será la España cañí de 1992.


José Javier Esparza
 

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