martes, 31 de enero de 2012

0 Osasuna 0-Atlético de Madrid 1: El efecto Simeone o la rebelión de las clases medias

Decíamos en la crónica del primer partido del Cholo en el banquillo, ante el Málaga, que el cambio se había notado mucho en la actitud pero poco en el juego. Después, contra Villarreal y Real Sociedad, a esa misma actitud se unió la fundamental presencia de Adrián arriba con Falcao, así como la de Arda, lo cual resultó en un mejor juego y resultados. Anoche se plantó el Atlético en un campo difícil, en el que ni esta temporada ni nunca ha sido fácil sacar puntos ni lucir en el juego. Y no, no voy a caer en los tópicos futbolísticos propios de estos partidos. Que si “oficio”, que si “saber estar”. No, no es eso. La victoria de ayer llega por una decidida actitud, ya era hora por cierto, de “las clases medias”.
Que Falcao mete goles, que Adrián, Arda y Diego son quienes tienen fútbol de verdad en esta plantilla, ya lo sabíamos. Pero faltaba, faltaba. Y ahí está, estoy seguro, la mano del Cholo. Filipe Luis está recordando al que fue en La Coruña, cuando el Barsa pujó por él, con un gran despliegue físico doblando continuamente por la izquierda y estando más atento atrás. Lo mismo por el otro lado, con un Juanfran reconvertido en lateral muy explosivo, y que está sabiendo suplir sus carencias en el centro con paredes en corto que le llevan al área contraria. Respecto a esta banda derecha, en cualquier caso, la próxima recuperación de Silvio, que no Salvio, va a mejorar el juego, estoy seguro. En el medio Tiago se ha visto con los suficientes galones, tanto que ayer llevó el brazalete, como para recuperar la confianza en su pase, que lo tiene. Es un jugador inteligente, y sabe asociarse sin balón con el otro mediocentro para paliar su evidente bajón físico en las segundas partes. Y así hay más, hay unos cuantos de esa clase media que se están sabiendo importantes y que están valorando el privilegio que supone para ellos defender esa camiseta. Ahí está Domínguez, que viéndose relegado al banquillo, cada segundo que juega parece que fuera el último. O Koke, a quien por fin han sacado de la banda para acercarlo a la mediapunta, y que ayer apareció con acierto en los ataques del primer tiempo. Y por encima del resto, destacan los centrales, Miranda y Godín. Curiosamente, los mismos por los que apostó Manzano en un principio, y que están dotando de un equilibrio al equipo que redunda en una clara seguridad y fluidez hacia adelante: ya son cuatro partidos seguidos sin recibir un gol.
Hubo anoche dos jugadas muy significativas en las que estos nombres pusieron de manifiesto la clara intención de Simeone. Al final del primer tiempo, y en el inicio del segundo, cuando suele haber más relajación sobre el césped, hay un par de balones divididos en la banda con posibilidad de contra en el que la proporción de atléticos frente a rojillos es de cuatro a uno. Parecía que el 14 había vuelto y estaba en el campo. Además, cuando recuperan, enseguida buscan a quien sabe realmente moverla, como hacía Diego Pablo, que era el primer conocedor de sus limitaciones. Ahí sí que se notó bastante la ausencia de Diego ayer, el brasileño es de largo el jugador más talentoso y vertical del equipo. Otro dato significativo es el cambio en el juego a balón parado. El equipo ya no defiende en zona, sino al hombre; en ataque ya no remata, sino que muerde. Y en una de ésas le pegó Godín el bocado de la noche a Pamplona en el minuto 40, anotando el 0-1 definitivo tras rechace de un córner, dejando al Atlético a sólo dos puntos de una Champions que está más barata que otros años. Aun así, tanto Adrián como Falcao tuvieron dos ocasiones claras en la segunda parte como para haber llegado a un final menos apretado, pero no fue así. Entonces llegó el turno de Courtois, ante quien cada minuto que pasa uno sólo siente rabia por ver que se está formando a un porterazo que no está en propiedad, sino cedido. Es muy difícil que alguien de su gran envergadura y su corta edad tenga tanta coordinación, agilidad y madurez. Y si no, que pregunten en Manchester…
Luis F.V.

0 Mi primer editor, Fernando Savater (y III)

Me aconsejó traducir a Cioran -fue el único autor que yo le descubrí- y me encargó traducir a Georges Bataille. Pero además se encargó de completar mi formación intelectual (Benjamin, Starobinski, tantos otros, nunca se lo agradeceré bastante) y de intentar ponerme de largo en la vida social, esto último sin éxito alguno.
Yo me iba por las mañanas a su despacho en la plaza de Salamanca, sin cita previa, me plantaba allí, a escucharle, y él -en lugar de esconderse tras el escritorio para ahorrarse otro pelmazo- me contaba muchas anécdotas picantes o maliciosas de personas ilustres cuyos nombres jamás me sonaban.
Yo sonreía con aire enterado, sin enterarme, pero sabiendo que éramos amigos. Luego yo me casé -y él ofició como cura la inverosímil ceremonia- y después dejó de ser cura y fue él quien se casó, convirtiéndose no menos inverosímilmente en duque de Alba.
Seguimos tratándonos pero ya mucho más esporádicamente, porque yo estoy hecho para convivir con editores, no con duques, que me confunden. Pero seguro que su vida no por eso fue más rara que la mía y desde luego siempre, siempre he seguido pensando en él con afecto, con agradecimiento y con un poco de asombro porque me hiciera tanto caso.
El día en que me enteré de su muerte recordé una anécdota digamos que teológica de nuestro compañerismo. Una mañana cualquiera estaba yo sentado en su despacho, dando la lata y él había interrumpido la charla para hablar por teléfono con no sé quién (atendía a sus asuntos con perfecta libertad delante de mí, porque me sabía socialmente inofensivo).
Se quejaba con su inimitable nonchalance de las amarguras existenciales y su interlocutor debió hacerle alguna recomendación piadosa, quizá irónica, a la que respondió con un tono tan súbitamente grave que me impresionó: 'La fe es la salvación, pero no un consuelo'. De esas cosas tampoco sé nada, Jesús, aunque cuentas como siempre con mi apoyo por si te hace falta y sobre todo en el caso de que ya no te haga falta.

Fernando Savater
El País/10.04.2002

0 1931 - Quema de Iglesias: Luca de Tena II encarcelado y "ABC" suspendido


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lunes, 30 de enero de 2012

0 Dar un empujón

Un empujón,Calle de los Reyes/Calle del Maestro Guerrero, Madrid

0 González, Chacón y Rubalcaba

Gente joven

Felipe González desmochó ayer cualquier pretensión dinástica de la que no hace tanto tiempo fue "la niña de Felipe". Que Carme Chacón se dé por emancipada, le han cambiado hasta la cerradura de casa. Porque, aun queriéndola como a veces se quiere lo que se destruye, González la condenó a no poder blasonar en Sevilla de otro linaje que el de Zapatero, y ése es tóxico.


Por el contrario, de un invernadero que recordaba a aquel de El sueño eterno cuyo calor manchaba de sudor la camisa de BogartRubalcaba salió ungido como la única candidatura de continuidad histórica. Entroncada, no ya con el felipismo, sino con el mismísimo Pablo Iglesias, con quien le vinculó Patxi López, a quien sólo le faltó sacar una tabla oui-ja para que el fundador arrastrara el vaso hasta el Sí a Rubalcaba. El , que trata de imprimir un timbre épico incluso a la lista del supermercado, se refirió al congreso de Sevilla como un nuevo Suresnes, igual de determinante en términos de refundación y proyección al porvenir. También abundó en un argumento reiterativo, el de rebajar recelos por las ambiciones personales de Rubalcaba agradeciéndole que en realidad haya elegido librar por el partido peleas perdidas de antemano. Un mensaje a los delegados para que se sientan en deuda con quien muere, por todos, agarrado al banderín. De creer a Micaela Navarro, lo que el partido debería ver en Rubalcaba es una "seguridad" ajena a experimentos y ocurrencias de las que habrían quedado escarmentados después de las acrobacias de Zapatero: cualquiera diría que no gobernaron con él ni le adularon durante los siete años de poder repartido. [...]
David Gistau
El Mundo
Leer el artículo completo de Gistau el domingo en El Mundo

0 La gente de Mou

A Mourinho le han podido encasillar en personaje de cómic.

-“Amo a la humanidad, lo que me revienta es la gente

Como en el Bernabéu y sus socios, convertidos cada vez más en gente por ese tertulianeo petimetre de Punto Pelota, la portada del As y el puto tiqui-taca. La gente, el sistema demócrata del hoy y su libérrimo PIO: pensamientos, ideas y opiniones. Escudo basto este, el de la libertad, para enterrar vivo al luso que ha tardado ocho partidos, ocho, en saber que hacer dejar de comer la sopa boba al bobo de Santpedor pasa por presionar arriba, muy arriba. A saber: Betis, Espanyol, Villarreal, Milán y Madrid. A estas alturas y tras unos años bárbaros ha quedado descubierto el sistema de los sistemas como ha quedado descubierto que si te vas de Madrid a Manchester a ganar títulos lo más fácil es que te birlen estos con un chirlo de cabeza poniéndote a un inglés delante.

Lo que nos repara en un daño colateral, ahora que hemos asumido que la batuta de la selección –que es lo que es por La Masia- la llevan los humildes moc-moc y sus compadres del metro cincuenta: los videos existen más allá de España. Y es que si la clave de romper el juego del Barça pasa según Briega  por el visionado del Espanyol-Barça, la clave de romper el juego de la selección pasa por el visionado del Espanyol-Barça –por ello es más que un club-, toda vez que el Marqués es al fútbol lo que Rajoy a la política, un dedazo, sin más creatividad que el “virgencita que me quede como estoy” que no es poco en resultados, pero es mucho en la conjunción de los futbolistas mejor preparados de la historia.

La generación más preparada de la historia es otra e igual que han relacionado a Fraga con Carrillo de manera autómata en palabras de Ruiz Quintano, han aprendido de la Logse dos muletillas a salir del paso en el bar, como el vino afrutado o un dedo de espuma en la caña: el Madrid juega mejor una vez que va perdiendo y defender ahora a Mourinho es de oportunistas.

Oportunidad, Ocasión favorable para atrapar un desengaño.

Dice Ambrose Bierce en su diccionario del diablo toda vez que los defensores del catalanismo más snob que son los Mossos deben viajar con el María Moliner para ser sindicalistas. El sindicalismo futbolero se ha visto abocado a los siete puntos que suenan a mucho y a la ligereza moral que supuso la recuperación de la casta madridista ante el desgastado y previsible equipo de Pep. O sea, al desengaño. Mou, mientras tanto, ya sabía todo esto y el personaje de cómic en el que le habían encasillado. A la gente solo tuvo que decir vía Punto Pelota “que paren el mundo, que yo me bajo”.

Darío Novo

0 Mi primer editor, Fernando Savater (II)

La editorial más próxima a mi casa era Taurus, que entonces ocupaba un chalé coquetón en la plaza de Salamanca frente al que había pasado muchas veces, camino del colegio. Y su director se llamaba Jesús Aguirre, un cura con fama de progresista -rojo, decían entonces las señoras de derechas- pero también de atrabiliario, sarcástico, impertinente y poco benévolo ante la torpeza de los principiantes. Allá que me fui, pasablemente tembloroso pero siempre más propenso a aceptar el ridículo que la renuncia. Aguardé un poco en la antesala y después me pasaron al despacho del dueño de mi destino.

No había nadie... aparentemente. De pronto, tras la gran mesa llena de papeles, emergió una cara preocupada y algo traviesa, que me preguntó: '¿Se ha ido ya Sciacca?'. Por lo visto llevaba bastante rato escondido a la espera de que desapareciese del horizonte Michel Federico Sciacca, un copioso polígrafo italiano que había marcado la pauta del pensamiento cristiano una década antes. Jesús Aguirre tuvo que heredar sus obras traducidas de la dirección anterior de Taurus y también su insistente presencia periódica aportando nuevos volúmenes regeneradores, de los que ya no sabía cómo librarse. De todo esto me enteré luego, porque yo era sólo un niño y no conocía a Sciacca (¡nene, Sciacca!) ni a casi nadie.
A todos -filósofos, novelistas, poetas, editores, periodistas...- los iría conociendo después porque Jesús me los fue presentando o desaconsejando con idéntica vehemencia que yo nunca discutí. Aquel día me bastó cruzar con azoro mi mirada miope con la suya que no lo era menos, separados por la barricada del escritorio, y me dije: '¡Éste es mi hombre!'.
Lo fue, con generosidad sin reservas. Me editó aquel libro inicial, escrito en 15 días después de nuestra primera conversación, y luego todos los demás que le fui proponiendo. Se volcó especialmente con La infancia recuperada, contra el que algunos consejeros literarios de la editorial le previnieron como un 'mero capricho' (lo cual era, por supuesto y a mucha honra).
Fernando Savater
El País/10.04.2002


0 1931 - Posicionamiento de la prensa nacional ante la República


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domingo, 29 de enero de 2012

0 Entrevista de Buenafuente a José María García

0 Donde dije Bardem, digo Diego


El alcalde sigue adelante con las promesas electorales y ya ha anunciado que la calle dedicada a la actriz Pilar Bardem será para Nuestra Señora de las Mercedes, titular de la populosa hermandad de Santa Genoveva, cuya sede canónica está en el barrio donde se ubica dicha avenida. Antes de tomar posesión como regidor de Sevilla, Juan Ignacio Zoido se mostró decidido a no dejar por más tiempo el nombre de la artista en el lugar que antes ocupó el rótulo de General Merry. En aquel momento, no desveló cuál sería el nombre elegido, aunque algunas fuentes señalaron  que podría ser el del escritor y periodista Antonio Burgos. A esta iniciativa también se sumaron las de otras personalidades de la ciudad como el Cardenal Amigo Vallejo, Joaquín Turina o Pedro Morales, entre otros. Sin embargo, en esos compases iniciales de su andadura en la Alcaldía, Zoido añadió junto a estos cambios el de 16 piezas del mobiliario de las plazas del Pan y la Alfalfa por ir en contra de los gustos mayoritarios de los sevillanos.

Leer la noticia completa en La Razón


La aludida...

0 Mi primer editor, Fernando Savater (I)

Yo tenía 23 años, yo vivía en una dictadura, yo participaba devotamente en todas las broncas rebeldes que podíamos montar en la universidad, yo perseguía inútilmente a chicas enérgicas y ariscas, yo leía en francés a los situacionistas y a Cioran, yo profesaba el culto de Agustín García Calvo, yo era borgiano de primera hora y estricta observancia, yo escribía panfletos, yo quería por encima de todo -ay, aunque supusiera la perdición de mi alma ingenua e irredenta-, yo quería más que nada en el mundo publicar un libro: como tributo a lo que me causaba desde la infancia más placer, como homenaje amoroso.
El libro aún no estaba escrito pero habría de ser sulfúrico en su fondo y exquisito en su forma, un combinado explosivo de doctrinas capaces de hacer saltar la realidad establecida en pedazos (junto a Cioran y García Calvo, dosis de Schopenhauer, de Clément Rosset, del pagano Celso y de Adorno). Sería inaudito, insoportable... pero no debía bajo ningún concepto quedar inédito. Ahí estaba el problema: en lograr editar tan magnífica ferocidad. La tarea de escribirlo me parecía sencillísima y casi accesoria. De modo que antes de nada me lancé a la búsqueda de un editor.
Fernando Savater
El País/10.04.2002

0 Un oso en las garras de La Mafia (X)

Derrotado por segunda vez y para siempre Sonny se consume, poco a poco, en una vida en la que, sin ser el campeón, le costaba hasta respirar. Su sobrino, el célebre BB King, estrella del blues y dueño de la famosa guitarra ‘Lucille’, entendió que su tío, presionado por demasiados intereses, había dicho basta. “Perdió su confianza, algo se quebró dentro de él cuando perdió con Clay”. Tenía razón. Liston realizó un par de combates por Europa y por Estados Unidos, pero dejó de ser aquella mole fiera que provocaba el pánico en sus rivales. América le cerró las puertas de la gloria y tuvo que pelear en Europa derrotando al campeón alemán, Gerard Bech, en Estocolmo. Lejos de su mejor forma pero ansioso de volver a su país después de un par de combates, Liston hizo correr la voz de que su regreso era posible. Necesitaba patrocinadores. Meter pasta en esos músculos de ex presidiario. A esa llamada acudieron dos ilustres de la canción, siempre vinculados a los alargados tentáculos de La Mafia: Frank Sinatra y Sammy Davis Jr. Antes de pelear en Roma, Liston llegó a un acuerdo con Sinatra, que se comprometía a ser el mecenas del ‘comeback’ de Sony a Estados Unidos. Otras fuentes apuntaban que el contrato privado apenas recogía los servicios del ex campeón en calidad de guardaespaldas exclusivo de ‘La Voz’. Nunca se aclaró. Hizo un par de combates en Estados Unidos, sí, pero aquel boxeador imponente ya no era el terror de años atrás.
Un frío 30 de diciembre de 1970, en vísperas de Año Nuevo, su esposa Geraldine Liston, la esposa de ‘Sonny’, lo encontró muerto en su casa de Las Vegas, Nevada. Había ido de visita a casa de su madre y a su regreso a la mansión de Paradise Pall, chocó contra el cadáver de su marido, que yacía en el suelo del jardín. Llevaba más de una semana muerto. La versión oficial de los médicos reveló que la autopsia señalaba un paro cardíaco por sobredosis de heroína. Esa fue le versión oficial de la policía. Había marcas en sus brazos y eso bastó. La versión oficiosa de los soplones de la bofia no coincidía. Según ellos, había sido asesinado en un ajuste de cuentas. Nunca se investigó a fondo su muerte.
Rubén Uría
JotDown Spain/Enero

0 1931 - La proclamación de la República en la prensa


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sábado, 28 de enero de 2012

0 Un oso en las garras de La Mafia (IX)

Tras perder el combate, Liston alegó una lesión. El médico de la comisión de boxeo le detectó una distensión muscular, pero nadie le creyó. Su cara decía otra cosa. Era una masa de carne desfigurada, un drama en carne viva. Entre moratones y cortes, Liston trataba de pensar qué demonios había pasado. Su esquina trataba de restañarle las heridas, pero ‘Sonny’ se moría por dentro. Un fanfarrón le había arrebatado el cinturón. Buscaba lágrimas pero no las encontraba. No hay drama peor para un campeón del mundo de los pesos pesados.Después de aquella noche y de que circularan rumores de que tanto ‘Sonny’ como su esquina habían apostado en su contra, Liston jamás volvió a ser el mismo. El rumor corrió como un reguero de pólvora y ninguna ciudad grande de los Estados Unidos parecía dispuesta a albergar la pelea. Finalmente, Sonny tuvo su revancha ante Clay el 25 de agosto de 1965, en Lewinston, un pequeño pueblo del estado de Maine. Allí cayó fulminado, en el primer asalto, por un golpe que nadie acertó a ver, salvo el escritor y periodista Norman Mailer. La prensa bautizó el golpe que derribó a Liston como ‘el golpe fantasma’, la sombra del ‘tongo’ sobrevoló el combate y la opinión pública dudó de la legalidad de la pelea, pero aquel nocáut de Liston fue reglamentario. Clay, campeón, calificó su trueno del primer asalto como ‘el golpe de ancla’. Un puñetazo rápido, al mentón, que sólo pudo ser verificado a través de la cámara lenta y de múltiples repeticiones del golpe. Mailer tenía razón. El golpe había existido y en el KO de Liston no había habido ni trampa, ni cartón. —Inspirada en aquel golpe, la industria de Hollywood estrenó la película Phantom Punch, golpe fantasma, con Ving Rhames en el papel de Liston. No tuvo demasiado éxito—. El resultado de la revancha no está en los planes de La Mafia. Liston, el campeón del hampa, empieza a perder el afecto de sus ‘benefactores’.
Rubén Uría
JotDown Spain/Enero

0 Desde la esquina

Pedro Rubio

0 1930 - Revuelta de Jaca, "ABC", "El Liberal" y "El Heraldo de Aragón"


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viernes, 27 de enero de 2012

0 Un oso en las garras de La Mafia (VIII)

Clay se sienta en su taburete al final del cuarto, otea el horizonte, mira de refilón a su esquina y se dirige a su entrenador Angelo Bundee. “No veo nada Angelo, me han puesto algo en los ojos”. Bundee no responde, Clay se bloquea y el combate entra en una fase de indefinición. La esquina de Liston no es ajena a la escena. Esperan la decisión de Clay. Esperan ver a Bundee arrojando la toalla. El aspirante amaga con abandonar, Bundee le persuade, le echa agua fría en los ojos y escupe un par de frases cortas dirigidas a su pupilo: “No tendrás otra oportunidad. Sal y no pares de correr”. Cassius asiente con cara de cordero degollado y corre una maratón alrededor de Liston. El campeón lanza rayos de izquierda y truenos de derecha, pero no consigue dañar seriamente al aspirante, que soporta el castigo y vuelve más despejado a su esquina. Está vivo. Sabe que Liston ha tirado todo lo que tiene. Exhausto por el esfuerzo, abriendo la boca, jadeando, Clay detiene el mundo con la mirada. Está listo para cazar un oso feo y perezoso. Liston se lleva la mano al hombro, parece cansado. Clay exige el protector bucal, siente que el quinto asalto es su oportunidad. Sale a por todas. Mete la quinta velocidad y empieza a conectar golpes en serie, castigando arriba y abajo a Liston, inmóvil en el centro del ring. El campeón empieza a tardar en responder al zafarrancho de combate de Clay, que descarga un uno-dos frenético. Luego un gancho de izquierda. Otro uno-dos. Otro. Otro. Y otro. No hay respuesta del campeón. Liston se marcha a su rincón fatigado, dolorido, herido. En silencio. Su esquina es un funeral. Increíble, pero cierto: Clay le está humillando.
A punto de comenzar el séptimo asalto, Liston escupe el protector bucal. Abandona, no puede más. La prensa traga saliva, se frota los ojos y el público estalla en una ovación de júbilo. El campeón está roto, Clay es el nuevo rey de los pesos pesados. Había profetizado que Liston caería en el octavo round, pero el ‘oso feo y perezoso’ se había retirado incluso un asalto antes. Cassius sale disparado de su esquina como un resorte para pasar factura a los periodistas: “Ahora os tragaréis vuestras palabras… Soy el campeón del mundo… He cazado al oso feo y perezoso… Soy El Más Grande”. Aquel niñato presuntuoso de Louisville saboreaba su victoria henchido de orgullo, eufórico, mientras las máquinas de escribir de los periodistas echaban humo. No sólo era una victoria de Clay, sino una humillación. El siniestro ex presidiario había pasado, en sólo seis asaltos, a ser un juguete roto. Nadie daba crédito. Una conmoción recorría todos y cada uno de los rincones de Estados Unidos. La profecía de Clay se había cumplido: había cazado al ‘oso feo y perezoso’. Su triunfante rueda de prensa cambiaría el signo de su vida. Tras derrotar a Liston, hacía pública su pertenencia a la Nación del Islam y especificaba su nueva identidad: Desde hoy abandono mi nombre de esclavo, no seré más Cassius Clay. Mi nombre es Muhammad Alí”. Ya no sería Cassius el esclavo de los blancos, sino Muhammad, el azote de los blancos. Ya no sería Clay, el campeón de los negros, sino Ali, el líder espiritual de los negros. Algo más que un boxeador. Mucho más que un simple hombre. Una leyenda.
Rubén Uría
JotDown Spain/Enero

0 Antes y ahora, Gregorio Salvador (y III)

No sólo defecar, también comer ha sido en nuestros usos y en los de muchos otros pueblos un acto genuinamente privado. Tal vez con más razón, porque el alimento era un bien generalmente escaso y, o se compartía con los demás, o había que consumirlo a solas o en familia, pues ante otros, sin darles de ello, era cuando menos desconsiderado o insolente, porque podía despertar o avivar sus apetitos. Cuando las circunstancias van librando a la comida de esa obligada privacidad, queda el recuerdo de la arraigada obligación moral del reparto en la fórmula cortés: “¿ustedes gustan?”
Tengo un amigo, gran aficionado a la antropología cultural, desde que, hace años, se prendó de los libros de Levi Strauss, que sabe mucho ya de estas cosas, sin pedanterías al no ser del oficio, y al que le gusta elucubrar sobre hábitos sociales y no carece de sentido del humor para el que el hecho de la intimidad amorosa y las efusiones sexuales estén rebasando el ámbito privado se debe a un proceso análogo al experimentado por los actos alimenticios. La facilidad los priva del misterio y de exclusividad y hace innecesaria la reserva. “Ahora bien, lo que falta –suele afirmar, sonriente- son las palabras rituales y sustitutorias: se están perdiendo los modales. Cuando tengo que asistir, sin poder remediarlo, a alguna escena de esas, tan normales ahora en los lugares públicos, lo único que echo de menos es que los gozosos actuantes se vuelvan a los presentes e inquieran: “¿ustedes gustan?”
Me llama, mientras escribo, y le cuento el episodio del metro. Me dice que él soportó una noche de las pasadas fiestas navideñas, en la línea 2, en un vagón casi vacío, una exhibición más subida de tono aun, más indecorosa, con jadeos del maromo y grititos de la muchacha, tan desaforado el espectáculo que dos señoras que iban al lado se cambiaron de coche en la siguiente estación. Le preguntó qué hizo él. “Pues me comporté con antropológica corrección y, al levantarme para salir, les deseé: “¡Que aproveche!”.
Gregorio Salvador
ABC/08.04.2000

1 Un jurado "faborable" para Camps


El «Acta de Votación del Jurado» del juicio de Camps no superaría un examen de ortografía de la ESO. Ya en la primera frase el texto avisa de que «el jurado, a deliberado», y eso es sólo el aperitivo de 16 folios plagados de faltas de concordancia, mala puntuación, palabras con errores y ausencia de tildes.
Dos frases ayudan a evaluar el nivel de redacción del autor del acta que declaró a Camps y Costa no culpables. Al referirse a los elementos de convicción, se afirma que «los supuestos regalos no han quedado demostrados que se les hallan pagado a los acusados, mediante el informe pericial que tambien afirma esta conclusion».
Más adelante, el texto defiende que Costa «no recibio prenda alguna en consideración a su cargo, basandonos en las declaraciones de los funcionarios de conselleria en la cual, todos coinciden que no tenianinfluencia alguna en materia de contratación».
El texto insiste en no colocar tildes allí donde corresponde. No aparecen ni en palabras agudas («ningun», «segun»,...), ni en monosílabos («mas», «si que hemos tenido en cuenta»), ni en palabras esdrújulas. El error se repite incluso en nombres y apellidos como «Jordan» o «Jose Tomas».
De los errores en la redacción de palabras, el más repetido es el que tiene que ver con la confusión de la letra b por la v. Se inventan así palabras como«faborable» o «tubiera» y surgen los «tikets».

0 1930 - Dimite Primo de Rivera, "La Nación" refresca memoria a "El Sol"


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jueves, 26 de enero de 2012

0 Lo que le queda a Messi para ser Stalin

Stalin, Hombre del año de la revista Time 1942, 4 de enero de 1943


Messi, portada de la revista Time, 6 de febrero de 2012

0 Pepe al Europarlamento

Euromajadería

Si alguna vez han dado en preguntarse para qué sirve un eurodiputado, sepa que ayer dos de ellos denunciaron ante la Comisión Europea al futbolista Pepe, cuyo pisotón en la mano a Messi constituye el último agravio centralista contra la Cataluña libre. [...]

Los dos históricos parlamentarios se llaman Ramón Tremosa (CiU) y Raúl Romeva (ICV), y han configurado para la ocasión una suerte de coalición circunstancial, una joint venture que les ha catapultado a la máxima popularidad —no exactamente admirativa— en las redes sociales. En estos tiempos de apreturas en que la gente mira con mucha aprensión el destino de los dineros públicos, la iniciativa de este par de minervas no ha cosechado el entusiasmo que tal vez calcularon al aventurarla (decir pensarla sería arriesgado). Más bien ha suscitado el antipático debate sobre la prescindibilidad de sus empleos y el grato salario que reciben por una dedicación tan productiva: alrededor de siete mil euros netos mensuales, dietas, viajes y gastos burocráticos aparte. Se trata, sin embargo, de una polémica desenfocada, aunque comprensible. Porque aunque la majadería resultase más barata no cambiaría su esencial condición majadera. No se trata de valorar el precio, sino la estulticia. Y la estulticia es solemne, reluciente, fantástica. Una de esas boberías colosales, esplendorosas, que resisten toda posibilidad de pasar inadvertidas.
España no se ha hundido aún porque los tontos descansan de noche y las horas de sueño merman su productividad. Pero de día hay algunos que hacen horas extraordinarias.
Ignacio Camacho/ABC
Leer el artículo completo de Ignacio Camacho

1 F.C.Barcelona 2-Real Madrid 2: Un monumento al fútbol

Salió el Real Madrid con su cara A, que ante el Barcelona suele convertirse en la cara B o incluso la C, y gracias a ello disfrutamos de un gran partido. Era el momento de dejar los complejos a un lado, porque no había nada que perder. Sólo había una posibilidad de afrontar el choque: salir a ganar. Y a eso salió el equipo blanco, a mirarle a la cara al eterno rival y tratar de darle la vuelta a la eliminatoria. No lo consiguió, pero todo el madridismo puede sentirse orgulloso del juego y el coraje que desplegó su equipo.
La principal atracción del partido era saber si jugaría Pepe. Finalmente, tras mucho especular, Mourinho contó con él. El chico malo esta vez se comportó. Fue duro en algunos lances pero no violento, aunque en algunos momentos estuvo cerca de despertar a la bestia que lleva dentro. El público, como era de esperar, le recibió con hostilidad. Cada vez que tocaba el balón subían los decibelios, pero la cosa no pasó de ahí. Guardiola, inteligentemente, advirtió a su afición en la previa. Lo que diga el gurú va a misa. No hubo cochinillos.
Si nos atenemos a lo ocurrido sobre el terreno de juego en la primera mitad, se podría decir que el Real Madrid puso las ocasiones y el conjunto blaugrana los goles. Pronto se vio que los de Mourinho no iban al Camp Nou de paseo. 13 segundos, concretamente. En ese tiempo a Higuaín le dio tiempo a plantarse cara a cara con Pinto gracias al regaló de Piqué, que estaba en el campo en cuerpo pero no en alma. El argentino, tantas veces héroe, fue anoche villano. El balón se fue muy desviado cuando los madridistas cantaban el gol y los culés se atragantaban con el postre.
No fue la única. El Madrid dispuso de hasta tres ocasiones claras para haberse ido, cuanto menos, dominando al descanso. La volvió a tener el Pipita, tras una intensa presión a la salida del balón del Barcelona, pero eligió mal y en vez de cederle el balón a Ronaldo o Xabi Alonso, mejor colocados, estrelló el balón en Pinto. Özil, al que las musas han vuelto a despertarle cada mañana, dispuso de la más clara. El alemán se zafó de la marca de su defensor con elegancia y lanzó un tremendo zurdazo desde 25 metros que se estrelló violentamente contra el larguero, botando a escasos centímetros de la línea de gol. Gran partido del alemán. Esperemos que la melancolía no lo secuestre de nuevo.
Guardiola, que no se fía ni de la sonrisa de un bebé, ya advirtió en la previa que la eliminatoria no estaba ni mucho menos decidida y que habría que sufrir para ganar. No le faltaba razón, pero el equipo, al menos por lo visto sobre el campo, no esperaba un Madrid tan en tromba. Su juego no fue tan fluido como de costumbre aunque dejaron hermosas triangulaciones para el recuerdo. La posesión les pertenecía, pero el Madrid fue capaz de discutírsela y no esperó atrincherado en campo propio como en el encuentro de ida, sino que presionaba la salida del balón, con las líneas adelantadas y dejando pocos espacios.
Dos veces lanzó a puerta el Barcelona en la primera mitad que equivalieron a dos goles. El primero de Pedro, que había entrado al campo en sustitución de Iniesta, al sufrir este su enésima lesión muscular. El segundo no fue un gol, fue un mazazo para el equipo blanco. Pasaban dos minutos del tiempo reglamentario y Alves se sacó un obús inapelable que fue directo a la escuadra de Casillas. Fue un auténtico golazo en un momento psicológico. Cualquier equipo habría arrojado entonces la toalla. Cualquiera menos el Real Madrid.
La segunda parte empezó con ambiente festivo en las gradas. El público se las prometía muy felices, previendo una goleada y soñando con otra manita histórica. El blanco preferido por el respetable en sus cánticos fue Mourinho (quizás el menos blanco de todos). “Mourinho sal del banquillo”, “Nosotros te queremos, Mourinho quédate” fueron los temas estrella.
Ramos, tras el saque de una falta, redujo diferencias, pero el árbitro anuló el gol por presunta falta sobre Dani Alves. La fiesta continuaba en las gradas. Mourinho decidió mover el banquillo. Dio entrada a Benzema y Callejón en detrimento del desacertado Higuaín y de Kaka, que alternó luces y sombras. Anteriormente, el indultado Granero (tal vez su crimen fue la apatía) entró por Lass, que coqueteó con la expulsión. El canterano le dio más fluidez al juego del equipo.
El Barcelona pudo haber cerrado el encuentro definitivamente pero no fue capaz, y en tres minutos locos el Real Madrid empató el partido. Primero, con un gran gol de Ronaldo a pase de Özil y después con una genialidad de Benzema.  Al francés, cada día con más confianza, no le tiembla el pulso. Controló el esférico, le hizo un sombrero a Puyol (que debe ser tan difícil como ligarte a la rubia de la discoteca entre un ejército de maromos), se acomodó la pelota y definió con tranquilidad.
De pronto teníamos partido. Al público se le quitaron las ganas de reírse del rival y le vieron las orejas al lobo, que estaba furioso y herido en su orgullo. Por unos instantes se hizo el silencio en el estadio. Mourinho pedía calma a los suyos porque aún quedaban 20 minutos, no quería que el partido se convirtiese en un correcalles tan pronto, aunque con tanta tensión era difícil calmar al personal. El Barça quedó aturdido unos minutos, pero supo rehacerse y de ahí al final pudo pasar de todo. El Madrid empezó a dejar huecos y Messi a punto estuvo de sentenciar a la contra, pero el balón se escapó por milímetros. Ronaldo y Benzema estuvieron cerca de lograr la proeza, pero el marcador, contra todo pronóstico, no se volvió a mover.
Teixeira Vitienes merece una mención aparte. Esperar que un árbitro tan malo acierte es como apostar al rojo en el casino, una pura cuestión de azar. Se equivocó en todas las direcciones, obviando penaltis y tarjetas de ambos colores. Su falta de criterio fue total. Haría mal el Madrid si centra la derrota en la actuación del colegiado, porque fue igual de nocivo para los dos equipos.
En resumidas cuentas fue un choque espectacular, digno de los dos mejores equipos del planeta. El Barcelona se lleva la eliminatoria y el pase a semifinales. Sigue siendo mejor equipo, un partido no puede cambiarlo todo, pero lo pasó mal y tendrán que meditar sobre ello. Por otro lado el Madrid sale reforzado del choque. Fue mejor y mereció la victoria, pero la racanería en el partido de ida le pasó factura en el cómputo global. Después de una semana dura repleta de filtraciones, especulaciones y conflictos internos, parece que recupera la autoestima ante su eterno rival y se quita de encima los complejos. Ahora se sentirá más cerca, lo que hace una semana parecía una quimera. Nos espera una segunda parte de la temporada apasionante.

Juan José Poderoso

0 Un oso en las garras de La Mafia (VII)

La pelea tiene lugar en Miami, Florida. Es 25 de febrero. De un lado, Charles ‘Sonny’ Liston, ex presidiario vinculado al mundo del hampa y campeón del mundo. En la otra esquina, el aspirante Cassius Clay, loco o cobarde, cuyas controvertidas conexiones con los musulmanes negros del Islam empiezan a florecer. A la cita acude Malcom X, ministro de la Nación del Islam, que consigue un asiento de primera fila, el número siete, cerca del rincón del aspirante. Es entonces cuando resuena un grito seco, directo, desgarrador, de un aficionado: “¡¡Sonny, mata a ese negro bocazas!!”. El público ruge. El ambiente se caldea. La hora de la verdad se acerca. Momento escogido por Clay para su última fanfarronada. Se acerca a Liston y le señala su cinturón de campeón. El bocazas de Louisville responde al gesto con ironía: “¿Para qué quieres eso, Sonny? ¿Para sujetarte los pantalones?”. La mirada de Liston se tiñe de sangre. La de Clay se pierde en el tendido. Los vecinos de Miami jalean. Suena la campana.
Liston ocupa el centro del ring y descarga una serie de derechazos. Ninguno conecta con el cuerpo de Clay, que se desplaza un lado a otro del ring con facilidad, con armonía, con unos movimientos tan sincronizados que terminan por dejar en ridículo al campeón. Suena la campana y los presentes en el estadio de Miami empiezan a mirarse unos a otros. Clay, la oruga que esperaba no ser pisoteada por Liston, se transforma por momentos en la mariposa que Bundini Brown había profetizado (“Vuela como mariposa, pica como abeja”). Clay está en pie después del primer asalto y la prensa no sale de su asombro. El Clay que imaginaban era huidizo. Rápido, sí, pero con algodón en los puños. El Clay que sus ojos perseguían por el cuadrilátero no se parecía en nada a esta versión de un negro alto, potente, elegante y preciso, que esquivaba los golpes del campeón de La Mafia. Cassius tenía un martillo pilón por jab, unos hombros tan enormes como los de Liston, un juego de pies eléctrico y una espalda tan ancha como la del campeón. Se hizo el silencio en la primera fila. Segundo asalto y tercer asalto. Liston no encuentra la manera de entrar en la distancia corta, persigue fantasmas y Clay sigue desquiciando al campeón con esquivas fulgurantes. El murmullo aumenta antes del cuarto round. Clay ha enchufado varias manos en el rostro de Liston y el campeón se muestra impotente ante un chico más joven y más rápido.

Rubén Uría
JotDown Spain/Enero

1 La feminización permanente

Semillas feminizadas, Nuevos Ministerios, Madrid
Escultura feminizada, Sol, Madrid
"Prohibido para hombres", Museo Reina Sofía, Madrid
La revolución feminista, Museo Reina Sofía, Madrid

0 1929 - Muere Luca de Tena I, artículo de "Azorín"


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miércoles, 25 de enero de 2012

0 Democracia eres tú

Fascismo somos todos
En España ya se sabe que hay dos clases de fascistas: los fascistas y los antifascistas, si bien estos últimos están convencidos, como Sartre, de que los fascistas son sólo los otros, lo cual nos lleva a parafrasear a Gómez de la Serna para concluir que en esta vida hay que ser un poco fascista porque, si no, lo son sólo los demás y no nos dejan nada. Hasta ahora he procurado evitar en este folio las inmediaciones cansinas del caso Garzón por la misma razón que el editorial programático de La Codorniz esgrimió para tranquilizar a los lectores, cuando prometió evitar “el chiste sobre el náufrago que está en la isla desierta, sobre el conferenciante con un solo auditor en el público, sobre el jefe de negociado que sienta en sus rodillas a la mecanógrafa, sobre el pescador que no pesca, sobre la fuerza de la costumbre, sobre el caníbal que se va a merendar un explorador...”. La aversión al tópico, en suma.
Pero, por otro lado, me hago cargo de que nacer en 1982 imprime un pecado original de desmemoria histórica, una ausencia escandalosa de carreras ante los grises y enronquecedores rechazos del 23-F a pie de calle, así que me fui al Supremo ayer a paliar mi inexperiencia antifascista, a visar mi cojeante condición de demócrata donde debe visarse: entre quienes saben identificar con pocas palabras el origen de toda legitimidad en una pancarta inequívoca, becqueriana:
—¡Garzón, la democracia eres tú!
[...]
Jorge Bustos/La Gaceta
Leer el artículo completo de Jorge Bustos en su blog ¡A los molinos!

0 Crisol de culturas

Wi-fi y San Pancracio, La Tetería de la Abuela, Calle del Espíritu Santo 19, Madrid

0 Un oso en las garras de La Mafia (VI)

El pandemónium de Clay consigue el efecto esperado. ¿Es un loco o un cobarde? Los periodistas le califican de payaso fanfarrón, la esquina de Liston de niño asustado y La Mafia cree que la irrupción de Clay responde a fuegos de artificio que, cuando comience el combate, acabarán con el aspirante en el suelo, un final esperado. Nadie repara en el estado de forma de Cassius Clay. El campeón tampoco. Liston anda obsesionado con cerrar la boca del aspirante, un tipo cuyo aliento resulta un insulto para alguien que ha destrozado sin piedad a toda la división, crujiendo a Patterson, el campeón de la Casa Blanca, en el primer asalto. El entorno de Sonny trata de aplacar la furia contenida del campeón, pero no hay quien calme a Liston. “Voy a matar a ese bocazas”. Ese deseo de Liston se multiplica durante el pesaje. Mientras Liston se despoja de su ropa para subir a la báscula, Clay se convierte en un manojo de nervios cuya boca explota en todas direcciones. Pierde los nervios, empuja a todo el mundo, insulta a su rival y grita cada vez más. Está rabioso, fuera de sí, a punto de sacar espumarajos por la boca. Liston se acerca hasta la posición de Clay y se dirige a él en tono desafiante: “Sigue hablando, te joderé con mis puños”. La escena sube tanto de tono que los allí presentes deciden separar a ambos púgiles. Angelo Dundee y ‘Bundini’ Brown, la esquina de Clay, obligan a su boxeador a tranquilizarse, está a punto de darle un infarto. “El oso feo y perezoso caerá como saco en el octavo asalto, apuntadlo bien, en el octavo”. Los médicos diagnostican que Cassius Clay ha sido víctima de un ataque de pánico. La noticia trasciende en los medios de comunicación y el periodismo entiende que la locura de Clay ha degenerado en un ataque de miedo. Después del escándalo del pesaje, Clay recibe una multa de dos mil quinientos dólares del ala por escándalo público.
Rubén Uría
JotDown Spain/Enero

0 Permiso para robar un Banksy

Una cadena hotelera australiana propuso el mes pasado un curioso reto a sus clientes. Colgaron una obra original de Banksy, valorada en más de 12.000 euros, en los pasillos de uno de sus hoteles y lanzaron esta oferta: "Encuentralo y róbalo. Si no te pillamos, te lo puedes quedar".


El cuadro, titulado 'No Ball Games' y firmado por el "graffitero" más famoso del mundo, se encontraba en un área común del Hotel Blackman de Melbourne, custodiado las 24 horas por vigilantes y cámaras de seguridad.

Nada más publicarse el anuncio, empezaron a llegar los primero intentos de robo. Una persona logró desconectar el circuito cerrado de televisión y alguien llegó a colocar un micrófono en recepción... Hubo quienes se alojaron en el hotel para, mientras varios entretenían al personal con falsos problemas en sus habitaciones, el resto trató de escapar con la obra. Todos fueron descubiertos.


Pero sólo 4 días después de ser colgado, a las 8:05 de la mañana, el Banksy desapareció. La ladrona, Maura Tuohy (a quien vemos en los vídeos y fotografías), llegó a recepción haciéndose pasar por una empleada de la oficina central de la misma cadena hotelera. Según dijo, los jefes le habían encargado trasladar el cuadro a otro hotel para despistar a quienes trataban de robarlo.

Los empleados sospecharon, así que le pidieron un teléfono para hablar con sus superiores y confirmar que era cierto. Maura les dió el número de una cómplice, que verificó la falsa historia.

Se lo creyeron todo. La ladrona descolgó la pintura delante de sus narices y, con ayuda de los propios vigilantes, se la llevó tranquilamente. En este link podéis ver más vídeos de cómo sale con el Banksy bajo el brazo.

Al final todos han ganado. La "ladrona" se ha quedado con el cuadro y el hotel ha hecho una buena campaña de promoción. Eso sí, los responsables de la cadena han tenido que poner un anuncio en su web para aclarar que la licencia para robar se ha acabado: "Esta oferta terminó y a partir de ahora el robo de cualquiera de nuestras obras de arte, utensilios para comer u otros objetos de los hoteles serán mal vistos y puestos en manos de la policía". Por si acaso.

0 1923 - Cambios en el Trust: llegan los Busquets, Moya deja "El Liberal"


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martes, 24 de enero de 2012

0 Un oso en las garras de La Mafia (V)

Cuenta la historia que el campeón acababa de mudarse a Denver, y justo enfrente de su casa apareció Clay montado en un extraño autobús que se había comprado para la ocasión. Pintado de rojo y blanco, como en la película Más dura será la caída, Clay decide colgar del mismo un cartel gigantesco con la leyenda: ‘Liston caerá en el octavo’. Después, sin tregua, avisa a todos los periodistas de la zona y les aconseja que a primera hora de la tarde deben pasar por casa de Liston. Cumpliendo su amenaza, Clay se presenta a la hora indicada en el hall de la casa de Liston, toca el timbre y, cuando tiene cara a cara al campeón, descarga sobre él un buen puñado de insultos para, acto seguido, retarle a pelear en el jardín. Liston, estupefacto, no sale de su asombro. La prensa, tampoco. Los únicos en reaccionar ante el encendido Clay son un grupo de vecinos, que deciden llamar inmediatamente a la policía, que detiene a Clay ipso facto. La imagen, dantesca, da la vuelta al mundo. “Clay está loco” titula la flor y nata del periodismo norteamericano. El Post va más allá: “Clay se hace el loco”.
Clay enseña todas sus dotes de ‘showman’. Su boca cruza todas las líneas rojas. Llega a presentarse en uno de los entrenamientos privados de Liston para, rodeado de una buena corte de periodistas, lanzarle un buen puñado de improperios. La Mafia trata de dulcificar la imagen impopular de Liston (fue portada de la revistaEsquire en 1963, disfrazado de Santa Claus), pero no hay quien pueda frenar la lengua de un Clay que se lleva, de calle, la batalla de la propaganda. No hay quien pueda frenar la lengua de Clay. Deja ver su lado narciso.“Liston no puede ser el campeón del mundo de los pesos pesados. Es demasiado feo y gordo. En cambio, yo soy guapo”. Enseña su perfil retador. “Está viejo, es lento y está cansado. Soy más fuerte y rápido. Soy el campeón”. Explota su versión profética: “Sonny ¿me oyes? Eres un oso. Un oso feo y perezoso, y te voy a cazar. Voy a salir a cazar un oso feo y perezoso”. Muestra su lado más soberbio. “¿Humildad? Soy demasiado grande como para ser humilde. Soy lo máxxxxximo”. Hace gala de un extraño sarcasmo. “Sé que los que apuestan pondrán mucho dinero para ver a qué hora me ingresarán en el hospital, pero después del combate sólo se encontrarán allí con el oso feo y perezoso. Yo estaré en casa, viendo una película”. Se comporta como un fanfarrón. “Liston, debieron explicarte que el boxeo es un deporte de riesgo”. Promociona su lado más ingenioso. “Soy tan rápido que anoche apagué la luz y me metí en la cama antes de que el cuarto se quedara a oscuras”. Y alardea con una frase lapidaria, ideada por el inevitable ‘Bundini’ Brown, que pasaría a la historia. “Contra Sonny voy a bailar, voy a bailar. Vuelo como una mariposa pero pico como una abeja”. Toda una profecía.
Rubén Uría
JotDown Spain/Enero

0 Sobre libros, cañas y tapas

Unos cazan conejos o venados, y otros cazamos libros. Transcurre una de esas mañanas frías y soleadas de Madrid, cuando las casetas de la cuesta Moyano se alinean en una luz cegadora con sus mostradores y tenderetes llenos de libros de lance. Entre esos naufragios de librerías, pecios de bibliotecas, restos flotantes de vidas y mundos desaparecidos, me muevo atento y sigiloso como un francotirador adiestrado por viejos hábitos. Dispuesto, como estipulan las reglas, a actuar sin piedad frente a otros eventuales cazadores, madrugándoles la pieza codiciada. Llevo así hora y media, mirando, tocando, husmeando como un depredador pertinaz, del mismo modo que mi teckel Sherlock lo haría, si su amo le permitiera hacerlo, tras el rastro de un codiciado jabalí. Con el pálpito en el corazón y el hormigueo en los dedos sucios de buscar y rebuscar que siente todo psicópata de los libros en lugares como éste. Ávido por cazar hasta sin hambre. De colmar el zurrón aunque vaya bien repleto.
Arturo Pérez Reverte
XL Semanal
Leer la Patente de corso completa de esta semana

0 1921 - Fracasa último Gobierno Maura, Luca de Tena I culpa a Cambó


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