martes, 26 de abril de 2011

0 New art en el Real

Cuando se estrenó hace dos años el montaje de Krzysztof Warlikowski de 'El rey Roger' en la Ópera de París cada noche cosechaba religiosamente un abucheo casi sin fisuras, similar al que le ha recibido en su estreno de hoy en el Real, que sí ha aplaudido, y mucho, a los cantantes, al coro y al director de la orquesta.

Ha sido, como adelantaba el intendente del Real, Gerard Mortier, una hora y media "trepidante" -sin descansos-, gobernada por el caos y la locura que emanan del libreto hilado por Jaroslaw Iwaszkiewicz y su compositor, Karol Szymanowski, en el que Warlikowski ha querido subrayar los "muchos elementos autobiográficos" que, según él, contiene.

El director de escena ha querido subrayar del libreto, basado en 'Las Bacantes' de Eurípides, la lucha entre lo dionisíaco y lo apolíneo, entre el placer y la razón, pero también al descubrimiento del "sur" y de la homosexualidad del compositor y del libretista.

Sin embargo, la muñeca atrapada como un insecto en el ámbar, muy presente desde el comienzo en el friso transparente que levanta el suelo del escenario al lado de la "piscina"; el luminoso-espejismo con la palabra "sun"; los "picos" de heroína, como guiño a la libertad salvaje del Bangkok de los 70; las máscaras a lo Micky Mouse o la estética playera de Benidorm no han explicado al auditorio los derroteros por los que transcurría este "drama erótico", estrenado en 1926.

Si ya en el libreto es difícil reconocer los elementos que pertenecen a la imaginación del protagonista y los reales -si es que en un relato que transita entre lo mitológico y lo mesiánico ese término es apropiado- la dirección de Warlikowski huye deliberadamente de lo explícito.

Pero lo que aparentemente se ha comprendido menos, a juzgar por los comentarios al final de la representación de esta noche, ha sido la inclusión, al comienzo del primer acto, de imágenes de la película de Andy Warhol 'Flesh', mezcladas con otras en blanco y negro de 'Teorema' de Passolini, y proyectadas sobre un telón translúcido que separaba al coro de los protagonistas.

De Elmundo.es

0 Luis Mª Anson nombrado director de "ABC", el salvamento del diario (1983)


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J.F.Lamada
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0 Juventud, divina ignorancia

Supongo avisado al lector de que ABC acaba de someter a un tercer grado demoscópico a los bachilleres recién salidos del horno de la Logse. Una pesquisa emprendida con el propósito de averiguar cómo anda de pericia democrática y saberes institucionales la chavalada patria; ésa misma que habrá de ser llamada a estrenarse en las urnas de aquí a un mes. ¿El resultado? Según sentencia mayoritaria del acné nacional, Esperanza Aguirre conjura los riesgos del ocio oficiando de portavoz del Partido Popular en el Congreso de los Diputados; Baltasar Garzón se gana la vida calentando el sillón del Fiscal General del Estado; Lorenzo Milá ejerce como flamante presidente de RTVE; el ministro de Industria y Energía responde por José Blanco; Rodríguez e Ibarra son los dos apellidos del actual mandamás de la Junta de Extremadura, et caetera.
Así las cosas, uno siente que debiera llamarse a algún desconsuelo ante tamaño alarde de erudición colectiva. Aunque, si bien se mira, el asunto no resulta tan grave. Muy al contrario, tal inopia generacional revela que los jóvenes suben por completo inmunizados frente al agitprop de la prensa militante, valga el pleonasmo. Un rasgo de salud mental que acaso procedería celebrar. Esa sórdida reyerta de muleros, la política contemporánea, no les interesa. Bien, no seré yo quien se lo afee. Están llamados a ser, sí, genuinos idiotas; esto es, moradores que responderán con su proceder a la etimología griega del término: los que viven ajenos a las ideas de la polis, atentos únicamente a sus afanes privados. Pero, a fin de cuentas, no han sido ellos quienes sometieron la vida colectiva a la grosera sentimentalización que hoy domina el discurso público.
José García Domínguez

Aquí todo el artículo de José García Domínguez y , por si no lo habéis leído, al que se refería de ABC.

0 Las cuatro perras

"A nadie le importan las 4 perras de los eres. No son importantes. Sí nos importa la corrupción del PP". El PSOE de Écija incendiaba Twitter con esta defensa tan llamativa del ex presidente de Andalucía, Manuel Chaves, colgada el viernes. En vez de reclamar una investigación que aclare cuanto antes las responsabilidad de la Junta en uno de los mayores escándalos de corrupción en Andalucía en los últimos años, la agrupación socialista optó por minimizar el asunto hasta el punto de justificarlo: "Que [sic] importa que coja 4 perras?".
Ver toda la noticia en El Mundo

domingo, 24 de abril de 2011

0 El último cura

Lo dice Marañón, uno de los tres señoritos (con Ortega y Ayala) que hicieron el trabajo tonto a los cafres para traer la República de Alvarito Palmares:

—Aquel día (el día en que trescientas columnas de humo subieron al cielo desde todas las ciudades de España) empezó la lenta agonía de la República recién nacida.

Ahora en Barcelona sorprenden a un caballero haciendo candela en la Sagrada Familia, la santa catedral laica —gótico seglar— de Gaudí. ¿A la laicidad por el fuego, como en la primavera del 31?

—Cuanto más se les consiente y se les soporta, peor responden. Solo entienden del palo —escribió hace diez días el profesor Peces.

Desde luego, con esa franqueza no escriben hoy ni los misóginos de las mujeres ni los homófobos de los gays; parece una franqueza reservada exclusivamente para los laicistas que escriben de los católicos, como el profesor Peces, que mete a Maquiavelo, Tomasio y Doña Esperanza (¿Aguirre?) en la batidora de la Modernidad y le sale una flipada que hizo decir a Nicolás Gómez Dávila: «Todo hombre auténticamente moderno que no se suicida a los cuarenta años es un imbécil.»

En realidad, lo del palo del señor Peces no se puede decir ni de las focas, porque los animalistas te envían a la celda de Troitiño, ahora ocupada por una palabra de honor. «¿Y si no vuelven?», preguntó un reportero a doña Victoria Kent, inventora de las «vacaciones del bandido bajo palabra de honor» en las prisiones republicanas, en cuyas celdas, en efecto, al final no había más que palabras de honor. Y ella contestó: «Si mis presos dan su palabra de honor, volverán. Respondo de ello.
Ignacio Ruiz Quintano
ABC/ 21-4-2011

sábado, 23 de abril de 2011

0 Paseo por La Peineta


¿Futuro estadio rojiblanco o centro comercial? ¿Quién es quién?


Tomasismo en taberna aledaña


Puertas y puticlub

0 Emilio Romero llama "tunante" a González Seara y este le califica de "pícaro" (1982)

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jueves, 21 de abril de 2011

0 Si bebes, no conduzcas

0 "ABC" y "Ya" se querellan contra Pedro J. Ramírez, organigrama golpista. Reinlein, Medina (1982)

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viernes, 15 de abril de 2011

0 Hablando de barcos

"El barco va a seguir navegando con fortaleza porque es un transatlántico" (Ironías aparte,en su discurso pronunciado ayer en China cuando se cumplían 99 años del hundimiento del Titanic)
José Luis Rodriguez Zapatero

0 Prioridades de la república


Del imprescindible blog Salmontes Ya No Nos Quedan, de Ignacio Ruíz Quintano

0 Emilio Romero y su guerra contra Adolfo Suárez (1982)

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jueves, 14 de abril de 2011

0 Encaste hispano

Cuando yo nací, todo el mundo gastaba bigotillo en procesión de hormigas a modo de tatuaje fascista. Y es que el fascismo, que en España, cuando no está prohibido, es obligatorio, era el monoencaste de la época, con su bigotillo y su forma (la misma para todos) de pensar, de leer y de decir.

Luego, entre el 77 y el 80, hubo dos o tres años de descanso, con una libertad pequeñita, como la que, entre clase y clase, se da en la escuela con el cambio de maestro, con Juanito tirándole una tiza a Pepito y robándole a Manolito el bocata de panceta.

Pero un día, donde había un yugo con flechas, pusieron un puño con rosa, y a todo el mundo le dio por gastar barbita esquiladita a modo de tatuaje progresista. Y es que el progresismo, que en España, cuando no está prohibido, es obligatorio, es el monoencaste de la época, con su barbita y su forma (la misma para todos) de pensar, de leer, de decir, y además, de mirar, de andar, de beber, de fumar…España siempre fue así. Fernández Flórez cuenta cómo a los hombres de su generación nunca les fue dado escribir como quisieran: lo mismo antes de la Dictadura de Primo que en la Dictadura de Primo que en la República de Azaña, razón por la cual opinaba de la libertad de expresión como aquel bohemio que, al oír a otro bohemio que los millonarios tomaban café con tostada todos los días, moderó, razonablemente:

—¡Hombre, todos los días… no será!
Ignacio Ruíz Quintano
ABC
Para leer el artículo Teoría del monoencaste español entero. Y el Blog de Ruiz Quintano.

0 Pegatinas en la banca

Apuntes de macroeconomía en cajero madrileño

0 Mediocridades en bachiller

"Mediocritas"
Una mujer que quiera hacer una película en España tendrá bonificación a causa de su handicap. Al parecer una mujer es un ser socialmente handicapado y para que el cine patrio pueda alcanzar la igualdad debe compensarla. La izquierda impulsa la iniciativa, porque la palabra «igualdad» es suya. Por las mismas razones se opone al proyecto de la presidenta Aguirre de reservar un bachillerato público para los alumnos notables. La izquierda considera que las mujeres están cinematográficamente discriminadas. Pero niega que los alumnos notables lo estén, aunque su capacidad de adquisición de conocimientos se vea socialmente frenada. La discriminación —teórica— existe en un caso y otro: ni mujeres ni notables pueden hacer lo que quieren y merecen. Pero mientras que la promoción de unas significa adherirse a una determinada masa y reforzar su cohesión, la promoción de los otros supone romperla. La izquierda sigue dispuesta a retrasar el progreso y el conocimiento a cambio de que el avance lo protagonicen grupos sólidos, cohesionados. La utopía de la izquierda es la igualdad; pero su traducción real y cotidiana es el aura mediocritas. No hay que excitarse: tiene patrocinadores y una noble y remota tradición. La izquierda y el buen Gabilondo temen que el Bachillerato de los notables impida el contagio positivo que se produce entre los alumnos mediocres por la acción de los notables. Temen que se instale una educación a dos velocidades donde el grupo de los notables aumente su distancia respecto a unos mediocres sin estímulos. No es un cuadro imposible. Pero hay que completarlo, claro está, con la hipótesis del revés: la letal influencia de los mediocres sobre los notables. La cuestión no es desdeñable, al menos por dos motivos. Los mediocres tienen una superioridad numérica avasalladora. Y gozan, en consecuencia, de una importantísima popularidad social. Conozco más de una alumna que dedica ímprobos esfuerzos para no destacar en la conexionada mediocridad que la rodea. De ahí que por grado o por fuerza, y añadida la legendaria capacidad humana para la pereza, la mediocridad se contagie con mayor facilidad que la excelencia. Probablemente estas sean dos maneras principales de gobernar el mundo que, algo sumariamente, se identifican con el liberalismo y la socialdemocracia. Es probable también que respecto a su elección no quepan juicios absolutos. Y que la inteligencia política consista en intensificar la presión por uno u otro lado, dependiendo de las circunstancias concretas de cada lugar y de cada tiempo. Yo creo que esto es al menos tan verdad como el hecho de que la mediocridad ha alcanzado hoy en España un nivel asfixiante e insoportable.
Arcadi Espada
El Mundo
Link a la página Web de Arcadi

0 Juan Tomás de Salas se querella contra Juan Blanco, "Diario16" vs "El Alcázar", Pedro Jota (1982)

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miércoles, 13 de abril de 2011

0 José Mª García, Pedro J. Ramírez y Eduardo Inda en Veo7



-"El Marca es un panfleto madridista."



-"La hija del señor Chaves, yo no tengo nada en contra de esa chica, que además está de muy buen ver, una tía que termina Derecho y al mes es apoderada ¡Qué no lleva los papeles!"







-"El Madrid es una casa de putas pero sin putas"
-[A Inda] "A ver, Jefe de Prensa de Florentino Pérez."



-"Aznar es un dictador total y absoluto."
-"El del bigote, ese Franco en potencia."



-"Agatha merece más la pena que tú."
-[A Pedro J.] "Tú como amigo dejas bastante que desear."
-[Álvarez Cascos]" Es una persona poco recomendable."
-"¿Quién está pidiendo a empresarios madrileños dinero para el partido de Alvarez Cascos? Esperanza Aguirre."



-"Es impropio del director del periódico más importante del país que pueda creer que alguien le va a decir a los árbitros que manda el Barcelona. Es una boutade de un lametraserillos del tres al cuarto".
-"El público ha venido a escucharnos, pues que esperen".



-"Que todavía podamos malvivir es la grandeza de España".
-[Zapatero] "Es un tipo simpático, pero le falta un hervor...y he sido generoso, a tí no te falta un hervor te faltan doce."

0 Protestas iraníes

Iranian protesters clash with riot police during a protest outside Saudi Arabia´s embassy in Tehran on Monday. University students demonstrated against Saudi assistance to Bahraini leaders in the supression of Bahrain´s recent anti-government protests. Reports said demonstrators tossed firebombs at the embassy.

Ayer en The Wall Street Journal Europe

0 La pena y el comisionismo


Apenado se le ve a Chaves con las comisiones de los niños, que ya no lo son tanto y,ay, a estas edades no se es quien para decirles nada. Triste excusa. No puede venirle a uno a la cabeza otra cosa que no sean los versos de Hernández ,que no hacen más que reiterar la muerte política de quien "llegó a Madrid siendo Presidente de la Junta y se irá en el Ave habiendo sido Vicepresidente de casi nada":

Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.

Sobre la pena duermo solo y uno,
pena en mi paz y pena en mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.

Cardos y penas llevo por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.

No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y de cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!
D.N.M.

0 La condena (y VI)

Georg se sintió como expulsado de la habitación, el golpe con el que el padre a su espalda había caído sobre la cama resonaba todavía en sus oídos. En la escalera, por cuyos escalones bajaba tan de prisa como si se tratase de una rampa inclinada, sorprendió a la criada que estaba a punto de subir para arreglar el piso.
-¡Jesús! -gritó, y se tapó la cara con el delantal, pero él ya se había ido.

Salió del portal de un salto, el agua lo atraía por encima de la calzada. Ya se asía firmemente a la baranda como un hambriento a la comida. Saltó por encima como el excelente atleta que, para orgullo de sus padres, había sido en sus años juveniles. Todavía seguía sujeto con las manos, débilmente. cuando divisó entre las barras de la baranda un ómnibus que cubriría con facilidad el ruido de su caída. Exclamó en voz baja: "Queridos padres, a pesar de todo siempre los he querido", y se dejó caer.

En ese momento atravesaba el puente un tráfico verdaderamente interminable.
Franz Kafka

0 Adolfo Suárez "responsable" del 23-F según Julio Merino, "El Heraldo Español" (1982)

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J.F.Lamada
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martes, 12 de abril de 2011

0 Los que no salen en la foto

También están ellos. Y ellas, como diría algún ministro imbécil. Los que no fueron a buscar nuevos campos de batalla para sus empresas. La pobre y maltrecha infantería que no es fiel sino a sí misma; y eso sólo cuando puede. Los mercenarios en busca de un amo que les dé de comer, sea quien sea: cualquiera que asegure dos mil euros al mes y un futuro a corto o medio plazo. Los que no se van con ademán heroico sino por la puerta pequeña, discretamente, dejando atrás a padres, madres y novios que los echan de menos. Alejándose para mucho tiempo de la gente querida, a la que, muy de vez en cuando, visitan en vacaciones cada vez más cortas, sabiendo que no podrán estar con ellos cuando vayan al hospital, o mueran; y a los que, si alguien avisa con tiempo, quizá lleguen a acompañar en su entierro. Aunque también puede ocurrir que haya suerte, y los padres, o el perro que acompañó su vida durante diez o doce años, esperen a morirse cuando están en casa, de vacaciones.

Arturo Pérez-Reverte
XL Semanal
Para leer toda la Patente de corso

0 Voluntarismo en la Complutense

[...]Decía Samuel Johnson que casarse por segunda vez es una victoria de la esperanza sobre la experiencia; o sea, la primacía de la voluntad sobre el entendimiento. Ese mal se llama voluntarismo y la historia prodiga muchos ejemplos a ambos lados del espectro ideológico. Y recoge sus estragos.

Por voluntarismo y aceptación del tópico de la superioridad de la acción sobre el pensamiento empobreció Stalin su país, imponiendo las supercherías de Lysenko so pretexto de que la biología proletaria era superior a la ciencia burguesa; por voluntarismo Pol Pot sembró el suyo de cadáveres; por voluntarismo pervive como una reliquia de la Guerra Fría el Juche, el sustrato ideológico que ha hibernado Corea del Norte. A ese pensamiento desiderativo el idioma inglés lo refiere como wishful thinking y sólo bajo ese síndrome pudo el premier Chamberlain declarar urbi et orbi que los Acuerdos de Múnich de 1938 garantizaban la paz. El diagnóstico de ese enésimo episodio de wishful thinking lo hizo Churchill con una de esas acuñaciones tan suyas: «Renunciasteis al honor para tener paz y ahora no tendréis ni paz ni honor». Los alemanes devolvieron el regalo con otra estupidez de igual cuantía: la Operación Barbarroja, el plan de Hitler para invadir la Unión Soviética, que fue para las divisiones de panzersde las SS el principio del fin.

[...]La creciente integración del mundo apunta a que la oferta quedará reducida a un centón de universidades globales; pero la Complutense se ha marginado porque un rector que no parece haber leído a Schopenhauer incurrió, sin embargo, en el mismo sesgo cognitivo que el filósofo, tomando por la realidad lo que sencillamente eran mistagogias laicas. Donde esté una imagen perfecta del mundo, que se quite la realidad. En el libre comercio de las inteligencias, la Complutense, seriamente enferma de voluntarismo, ha caído derrotada, como un soldado vencido en una causa invencible: la de las Luces.

Decía Edmund Burke que «cuando no es necesario cambiar es necesario no cambiar». Esa afirmación es reversible y dice también implícitamente lo contrario: cuando es necesario cambiar es temerario no hacerlo. Lo que la mayor universidad de España necesita es alejarse de todo lo que ha venido siendo en estos años y de quienes postulen algo parecido a lo que ha venido siendo. Cierta facción de la izquierda española que no entiende la realidad ni poniéndole diapositivas ha construido en la mayor de las universidades españolas quimeras como las de aquel escritor francés al que Borges atribuye la invención de las greguerías, me refiero al Jules Renard que construyó «castillos en el aire tan hermosos que se sentía feliz entre sus ruinas».

José Iturmendi
ABC
Leer toda La tercera de Iturmendi ,Castillos en el aire

0 La condena (V)

-¡Pero mírame -gritó el padre-. Georg corrió, casi distraído, hacia la cama, con la intención de comprenderlo todo, pero se quedó parado a mitad de camino.

-Porque ella se ha levantado las faldas -comenzó a hablar el padre-, porque se ha levantado así las faldas de cerda asquerosa -y para expresarlo plásticamente se levantó el camisón tan alto que se veía sobre el muslo la cicatriz de sus años de guerra-, porque se ha levantado así, y así las faldas, te has acercado a ella y, para poder gozar con ella sin que nadie molestase, has profanado la memoria de nuestra madre, has traicionado al amigo y has metido en la cama a tu padre para que no se pueda mover, pero ¿puede moverse o no?

Permanecía en pie sin apoyo alguno y lanzaba las piernas en todas las direcciones. Sonreía con entusiasmo al comprenderlo todo.

Georg estaba de pie en un rincón lo más lejos posible del padre. Desde hacía un rato había decidido firmemente observarlo todo con exactitud, para no ser indirectamente sorprendido de alguna forma por detrás o desde arriba. Entonces se acordó de nuevo de la decisión, ya hacía rato olvidada, y volvió a olvidarla tan deprisa como se pasa un hilo corto a través del ojo de una aguja.

-No obstante el amigo no ha sido todavía traicionado -gritó el padre, y lo corroboraba su índice movido de acá para allá- yo era su representante en este lugar.

Georg no pudo evitar gritar:

-¡Comediante!

Reconoció inmediatamente el daño y, demasiado tarde, los ojos fijos, se mordió la lengua hasta doblarse de dolor.

-¡Sí, por supuesto que he representado una comedia! ¡Comedia! ¡Buena palabra! ¿Qué otro consuelo le quedaba al anciano padre viudo? Dime, y durante el momento que dure la respuesta sé todavía mi hijo vivo. ¿Qué otra salida me quedaba en mi habitación interior, perseguido por un personal infiel, viejo hasta los huesos? Y mi hijo iba con júbilo por la vida, ultimaba negocios que yo había preparado, se retorcía de la risa y pasaba ante su padre con el reservado rostro de un hombre de honor. ¿Crees tú que yo no te hubiese querido, yo, de quien saliste tú?

"Ahora se inclinará hacia delante", pensó Georg, "¡si se cayese y se estrellase!" Esta palabra le pasó por la cabeza como una centella.

El padre se echó hacia delante, pero no se cayó. Puesto que Georg no se acercaba como había esperado, se irguió de nuevo.

-¡Quédate donde estás, no te necesito! Piensas que tienes todavía la fuerza suficiente para venir aquí, y solamente te contienes porque así lo deseas, ¡No te equivoques! Todavía soy el más fuerte, ¡Yo solo habría tenido quizá que retirarme, pero tu madre me ha dado su fuerza, con tu amigo me alié maravillosamente y a tu clientela la tengo aquí en el bolsillo!

-¡Incluso en el camisón tiene bolsillos! -se dijo Georg, y creyó que con esta observación podría hacerle quedar en ridículo ante todo el mundo. Pensó en esto sólo durante un momento, porque inmediatamente volvía a olvidarlo todo.

-¡Cuélgate del brazo de tu novia y ven hacia mí! ¡La barro de tu lado y no sabes cómo!

Georg hacía muecas como si no pudiese creerlo. El padre sólo asentía con la cabeza, ratificando la verdad de lo que decía y dirigiéndose al rincón en que se encontraba Georg.

-¡Cómo me has divertido hoy cuando has venido y me has preguntado si debías contarle a tu amigo lo del compromiso! ¡Si lo sabe todo, estúpido, lo sabe todo! Yo le escribía porque olvidaste quitarme las cosas para escribir. Por eso ya no viene desde hace años, lo sabe todo cien veces mejor que tú mismo, tus cartas las arruga con la mano izquierda sin haberlas leído, mientras que con la derecha se pone delante mis cartas para leerlas.

De puro entusiasmo agitaba el brazo por encima de la cabeza.

-¡Lo sabe todo mil veces mejor! -gritó.

-Diez mil veces -dijo Georg con la intención de burlarse de su padre, pero todavía en su boca estas palabras adquirieron un tono profundamente serio.

-¡Desde hace años estoy a la espera de que me vengas con esa pregunta! ¿Crees que me preocupa alguna otra cosa? ¿Crees que leo periódicos? ¡Mira! -Y tiró a Georg un periódico que, de alguna forma, había ido a parar a su cama. Un periódico viejo con un nombre que a Georg le era completamente desconocido.

-¡Cuánto tiempo has tardado en llegar a la madurez! Tuvo que morir tu madre, no llegó a ver el día de júbilo. El amigo perece en su Rusia, ya hace tres años estaba amarillo de muerte, y yo, ya ves cómo me va a mí, para eso tienes ojos.

-Entonces me has espiado -gritó Georg.

El padre, en tono compasivo e incidental, dijo:

-Probablemente eso querías haberlo dicho antes, ahora ya no viene a cuento -y en voz más alta-: Ahora ya sabes lo que había además de ti, hasta ahora no sabías más que de ti mismo. Lo cierto es que fuiste un niño inocente, pero aún más ciertamente fuiste un hombre diabólico. Por eso has de saber que yo te condeno a morir ahogado.
Franz Kafka

0 Pedro J. Ramírez expulsado del juicio del 23-F. Guerra contra el "Ya" (1982)


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lunes, 11 de abril de 2011

0 Las mejores Pifias Mentales de El Informal

0 La condena (IV)

-Dejemos en paz a mis amigos. Mil amigos no sustituyen a mi padre. ¿Sabes lo que creo?, que no te cuidas lo suficiente, pero los años exigen sus derechos. En el negocio eres indispensable para mí, bien lo sabes tú, pero si el negocio amenaza tu salud mañana mismo lo cierro para siempre. Esto no puede seguir así. Tenemos que adoptar otro modo de vida para ti, pero desde el principio. Estás sentado aquí en la oscuridad y en el cuarto de estar tendrías buena luz. Tomas un par de bocados del desayuno en lugar de comer como es debido. Estás sentado con las ventanas cerradas y el aire fresco te sentaría bien. ¡No, padre mío! Iré a buscar al médico y seguiremos sus prescripciones Cambiaremos las habitaciones. Tú te trasladarás a la habitación de delante y yo a ésta. No supondrá una alteración para ti, todo se llevará allí Ya habrá tiempo de ello, ahora te acuesto en la cama un poquito, necesitas tranquilidad a toda costa. Vamos, te ayudaré a desnudarte, ya verás cómo sé hacerlo. ¿O prefieres trasladarte inmediatamente a la habitación de delante y allí te acuestas provisionalmente en mi cama? La verdad es que esto sería lo más sensato.

Georg estaba de pie justo al lado de su padre, que había dejado caer sobre el pecho su cabeza de blancos y despeinados cabellos.

-Georg -dijo el padre en voz baja y sin moverse.

Georg se arrodilló inmediatamente junto al padre, vio las enormes pupilas en su cansado rostro dirigidas hacia él desde las comisuras de los ojos.

-No tienes ningún amigo en San Petersburgo. Tú has sido siempre un bromista y tampoco has hecho una excepción conmigo. ¡Cómo ibas a tener un amigo precisamente allí! No puedo creerlo de ninguna manera.

-Padre, haz memoria una vez más -dijo Georg, levantó al padre del sillón y le quitó la bata, estaba allí tan débil-, pronto hará ya tres años que mi amigo estuvo en casa de visita. Recuerdo todavía que no te hacía demasiada gracia. Al menos dos veces te oculté su presencia, a pesar de que en esos momentos se hallaba precisamente en mi habitación. Yo podía comprender bien tu animadversión hacia él, mi amigo tiene sus manías, pero después conversaste agradablemente con él. En aquellos momentos me sentía tan orgulloso de que lo escuchases, asintieses y preguntases... Si haces memoria tienes que acordarte. Él contó entonces historias increíbles de la revolución rusa. Cómo, por ejemplo, en un viaje de negocios a Kiev, había visto en un balcón a un sacerdote que se había cortado una ancha cruz de sangre en la palma de la mano, la levantó e invocó con ella a la multitud. Tú mismo has contado de vez en cuando esta historia.

Mientras tanto Georg había conseguido sentar al padre y quitarle cuidadosamente el pantalón de punto que llevaba encima de los calzoncillos de lino, así como los calcetines. Al ver la ropa, que no estaba precisamente limpia, se hizo reproches por haber descuidado al padre. Seguro que también formaba parte de sus obligaciones el cuidar de que el padre se cambiase de ropa. Todavía no había hablado expresamente con su prometida de cómo iban a organizar el futuro del padre, porque tácitamente habían supuesto que él se quedaría solo en el piso viejo. Sin embargo, ahora se decidió, de repente y con toda firmeza, a llevárselo a su futuro hogar. Bien mirado, casi daba la impresión de que el cuidado que el padre iba a recibir allí podría llegar demasiado tarde.

Llevó al padre en brazos a la cama. Una terrible sensación se apoderó de él cuando, a lo largo de los pocos pasos hasta ella, notó que su padre jugueteaba con la cadena del reloj sobre su pecho. Se agarraba con tal fuerza a la cadena del mismo, que no pudo acostarlo inmediatamente. Apenas se encontró en la cama, todo pareció volver de nuevo a la normalidad. Se tapó solo y se cubrió muy bien los hombros con el cobertor. No miraba a Georg precisamente con hostilidad.

-¿Verdad que ya te acuerdas de él? -preguntó Georg, y asintió con la cabeza haciendo un gesto alentador.

-¿Estoy bien tapado? -preguntó el padre como si no pudiese asegurarse él mismo de que sus pies se encontraban tapados.

-Así es que te gusta estar en la cama -dijo Georg, y colocó mejor el cobertor a su alrededor.

-¿Estoy bien tapado? -preguntó el padre de nuevo, y pareció prestar especial atención a la respuesta.

-Estate tranquilo, estás bien tapado.

-¡No! -gritó el padre de tal forma que la respuesta chocó contra la pregunta, echó hacia atrás el cobertor con una fuerza tal que por un momento quedó extendido en el aire, y se puso de pie sobre la cama. Sólo con una mano se apoyaba ligeramente en el techo.

-Querías taparme, lo sé, retoño mío, pero todavía no estoy tapado, y aunque sea la última fuerza es suficiente para ti, demasiada para ti. ¡Claro que conozco a tu amigo! Sería el hijo que desea mi corazón, por eso también lo has engañado durante todos estos años. ¿Por qué si no? ¿Acaso crees que no he llorado por él? Precisamente por eso te encierras en tu oficina: "el jefe está ocupado, no se le puede molestar". Sólo para poder escribir tus falsas cartitas a Rusia. Pero, afortunadamente, nadie tiene que dar lecciones al padre sobre cómo adivinar las intenciones del hijo. De la misma manera que ahora has creído haberlo subyugado, subyugado de tal forma que podrías sentarte con tu trasero sobre él y él no se movería, en ese momento mi señor hijo ha decidido casarse.

Georg levantó la mirada hacia el espectro de su padre. El amigo de San Petersburgo, a quien de repente el padre conocía tan bien, se apoderaba de él como nunca hasta ahora. Lo vio perdido en la lejana Rusia. Lo vio en la puerta del negocio vacío y desvalijado, entre las ruinas de las estanterías, entre los géneros hechos jirones, entre los tubos de gas que estaban caídos... y él permanecía todavía erguido. ¿Por qué había tenido que irse tan lejos?
Franz Kafka

0 Numerología catalana

Decía Enric Hernández el sábado en El Periódico de Catalunya:

Según el último barómetro del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), realizado tras el recorte del Estatut, la manifestación del 10-J y el triunfo electoral de CiU, un 24,3% de los catalanes apuestan por la independencia. Un porcentaje digno de tener en consideración, pero no menos que el 70,6% que prefieren seguir en España, sea esta un Estado autonómico (33,2%), federal (31,9%) o centralista (5,6%). Si nos remitimos a las elecciones del 28-N, el peso de los partidos sinceramente indepedentistas se reduce al 11,5%. [...]

Y hoy en Libertad Digital, José García Domínguez puntualizaba el tema:

[...]
Con el tiempo, al fin consumado el proceso de la construcción nacional getafeña, "si alguien osara decirme que Getafe no era una nación, yo le preguntaría qué es lo que él entendía por tal y, como no podría definirme el concepto de nación, le habría reducido al silencio", concluyó triunfal. Como siempre en Camba, broma muy seria tras la que yace la sórdida evidencia de que no cabe decirse nacionalista sin enfangarse, y hasta el último pelo de la cabeza, en la charca identitaria. Razón última de que el mito de la autodeterminación no remita a cuestión cuantitativa alguna, sino a una tautología pedestre. Así, imagínese por un instante que los extras de la comedia barcelonesa no hubiesen sido cuatro, sino cuatro millones. La cuestión, entonces, continuaría siendo la misma: ¿Y qué?

De hecho, si a las dizque naciones, tal como los creyentes predican, les asiste el derecho a la soberanía por el hecho de serlo, nada más peregrino que reclamar la autodeterminación. ¿A qué preocuparse por lo que opine la tropa de a pie si ese ente metafísico, la nación, existe al margen de los mortales que lo encarnan? ¿O acaso tendría alguna importancia cuanto barruntasen los catalanes de carne y hueso sobre el particular? Desventura, ¡ay!, que aboca a otro callejón lógico sin salida. ¿Pues con qué argumento impedir que los perdedores ansiaran ejercitar también el derecho presunto a la escisión, una y otra vez, hasta ver colmada su voluntad? Merda de país petit!

0 Documento de 100 militares. "ABC" lo critica. "Ya" y Emilio Romero lo apoyan (1981)

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domingo, 10 de abril de 2011

0 Decálogos y realidades anticorrupción


Los candidatos de IU firmarán un exigente catálogo anticorrupción por el que dimitirán si son imputados

pero

en Sevilla no se dimite (aún)  pese a estar imputado.

0 La condena (III)

Y, efectivamente, en la larga carta que había escrito este domingo por la mañana, informaba a su amigo del compromiso que se había celebrado, con las siguientes palabras: "Me he reservado la novedad más importante para el final. Me he prometido con la señorita Frieda Brandenfeld, una muchacha perteneciente a una familia acomodada que se estableció aquí mucho tiempo después de tu partida y a la que tú apenas conocerás. Ya habrá oportunidad de contarte más detalles acerca de mi prometida, baste hoy con decirte que soy muy feliz y que en nuestra mutua relación sólo ha cambiado el hecho de que tú, en lugar de tener en mí un amigo corriente, tendrás un amigo feliz. Además tendrás en mi prometida, que te manda saludos cordiales y que te escribirá próximamente, una amiga leal, lo que no deja de tener importancia para un soltero. Sé que muchas cosas te impiden hacernos una visita, pero ¿acaso no sería precisamente mi boda la mejor oportunidad de echar por la borda, al menos por una vez, todos los obstáculos? Pero, sea como sea, actúa sin tener en cuenta todo lo demás y según tu buen criterio".

Georg había permanecido mucho tiempo sentado en su escritorio con la carta en la mano y el rostro vuelto hacia la ventana. Con una sonrisa ausente había apenas contestado a un conocido que, desde la calle, lo había saludado al pasar.

Finalmente, se metió la carta en el bolsillo y, a través de un corto pasillo, se dirigió desde su habitación a la de su padre, en la que no había estado desde hacía meses. No existía, por lo demás, necesidad de ello, porque constantemente tenía contacto con él en el negocio; comían juntos en una casa de comidas, por la noche cada uno se tomaba lo que le apetecía pero después la mayoría de las veces se sentaban un ratito, cada uno con su periódico, en el cuarto de estar común, a no ser que Georg, como ocurría con mucha frecuencia, estuviese en compañía de amigos o, como ahora, fuese a ver a su novia.

Georg se extrañó de lo oscura que estaba la habitación del padre incluso en esta mañana soleada, tal era la sombra que proyectaba la alta pared que se elevaba al otro lado del estrecho patio. El padre estaba sentado ante la ventana, en un rincón adornado con recuerdos de la difunta madre, y leía el periódico, que sostenía de lado ante los ojos, con lo cual intentaba contrarrestar una cierta falta de visión. Sobre la mesa estaban aún los restos del desayuno, del que no parecía haber comido mucho.

-¡Ah Georg! -exclamó el padre, e inmediatamente se dirigió hacia él. Su pesada bata se abría al andar y los bajos revoloteaban a su alrededor.

"Mi padre sigue siendo un gigante", se dijo Georg.

-Esto está insoportablemente oscuro -dijo a continuación.

-Sí, sí que está oscuro -contestó el padre.

-¿También has cerrado la ventana?

-Lo prefiero así.

-Afuera hace bastante calor -dijo Georg como complemento a lo anterior, y se sentó.

El padre retiró la vajilla del desayuno y la colocó sobre una cómoda.

-La verdad es que sólo quería decirte -continuó Georg, que seguía los movimientos del anciano totalmente aturdido- que, por fin, he informado a San Petersburgo de mi compromiso.

Sacó un poco la carta del bolsillo y la dejó caer dentro de nuevo.

-¿Cómo que a San Petersburgo? -preguntó el padre.

-Sí, a mi amigo -dijo Georg, y buscó los ojos del padre.

"En el negocio es completamente distinto", pensó. "¡Cuánto sitio ocupa ahí sentado y cómo se cruza de brazos!"

-Sí, claro, a tu amigo -dijo el padre recalcándolo.

-Ya sabes, padre, que en un principio quería silenciar mi compromiso. Por consideración, por ningún otro motivo. Tú ya sabes que es una persona difícil. Puede enterarse de mi compromiso por otros cauces, me dije, y si bien esto apenas es probable dada su solitaria forma de vida, yo no puedo evitarlo, pero por mí mismo no debe enterarse.

-¿Y ahora has cambiado de opinión? -preguntó el padre.

Puso el periódico en el antepecho de la ventana y sobre el periódico las gafas que tapaba con las manos.

-Sí, ahora he cambiado de opinión. Si verdaderamente se trata de un buen amigo, me he dicho, entonces mi feliz compromiso es también para él motivo de alegría y por eso no he dudado más en comunicárselo. Sin embargo, antes de echar la carta quería decírtelo.

-Georg -dijo el padre, y estiró la boca sin dientes-, escucha por una vez. Has venido a mí por este asunto, para discutirlo conmigo. Esto te honra sin duda alguna, pero no sirve para nada, y menos aún que para nada, si no me dices ahora mismo toda la verdad. No quiero traer a colación cosas que nada tienen que ver con esto. Desde la muerte de nuestra querida madre han ocurrido ciertas cosas desagradables. Quizá también les llegue su turno, y quizá antes de lo que pensamos. En el negocio se me escapan algunas cosas, quizá no se me oculten, ahora no quiero en modo alguno alimentar la sospecha de que se me ocultan, ya no estoy lo suficientemente fuerte, me falla la memoria, ya no puedo abarcar tantas cosas. En primer lugar esto es ley de vida y, en segundo lugar, la muerte de tu madre me ha afligido mucho más que a ti. Pero ya que estamos tratando de este asunto de la carta, te pido, Georg, que no me engañes. Es una pequeñez, no merece la pena, así pues, no me engañes. ¿Tienes de verdad ese amigo en San Petersburgo?

Georg se levantó desconcertado.
Franz Kafka

0 Pienso luego odio el fútbol

Librepensador sanlorentino


-"¿No he de odiar, pues, a quienes me aborrecen? No tendré contemplaciones con mis enemigos, soy desgraciado y ellos han de compartir mi desgracia."
Frankestein

0 Manifestación contra ETA y el Gobierno

[...]A pesar de estas excepciones, la concurrencia retrataba a demasiados estratos de la sociedad española como para pasar por la hez residual que describe la propaganda socialista. En su mayor parte, era la clase media que jamás basculará a extremismos, y que tiene un instinto primario y generoso para tratar de hacer lo adecuado: arropar a víctimas del terrorismo sin duda figura entre lo adecuado. Además de ellos, estaban desde colectivos gays como Colegas hasta señoras sosteniendo un crucifijo como en una procesión, con espacio entre esos dos márgenes para representantes de alternativas políticas como Rosa Díez, o intelectuales del calibre de Carmen Iglesias, o inteligencias cargadas de futuro como Cayetana Álvarez de Toledo.
David Gistau
El Mundo
Para leer el artículo completo de Gistau, Los gansos capitolinos

0 José Mª García despedido de la SER, creación de Antena 3 Radio (1981)


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sábado, 9 de abril de 2011

0 La condena (II)

Por estos motivos, y si se quería mantener la relación epistolar con él, no se le podían hacer verdaderas confidencias como se le harían sin temor al conocido más lejano. Hacía más de tres años que el amigo no había estado en su país natal y explicaba este hecho, apenas suficientemente, mediante la inseguridad de la situación política en Rusia, que, en consecuencia, no permitía la ausencia de un pequeño hombre de negocios mientras que cientos de miles de rusos viajaban tranquilamente por el mundo. Pero precisamente en el transcurso de estos tres años habían cambiado mucho las cosas para Georg. Sobre la muerte de su madre, ocurrida hacía dos años y desde la cual Georg vivía con su anciano padre en la misma casa, había tenido noticia el amigo, y en una carta había expresado su pésame con una sequedad que sólo podía tener su origen en el hecho de que la aflicción por semejante acontecimiento se hacía inimaginable en el extranjero. Ahora bien, desde entonces, Georg se había enfrentado al negocio, como a todo lo demás, con gran decisión. Quizá el padre, en la época en que todavía vivía la madre, lo había obstaculizado para llevar a cabo una auténtica actividad propia, por el hecho de que siempre quería hacer prevalecer su opinión en el negocio. Quizá desde la muerte de la madre, el padre, a pesar de que todavía trabajaba en el negocio, se había vuelto más retraído. Quizá desempeñaban un papel importante felices casualidades, lo cual era incluso muy probable; en todo caso, el negocio había progresado inesperadamente en estos dos años, había sido necesario duplicar el personal, las operaciones comerciales se habían quintuplicado, sin lugar a dudas tenían ante sí una mayor ampliación.

Pero el amigo no sabía nada de este cambio. Anteriormente, quizá por última vez en aquella carta de condolencia, había intentado convencer a Georg de que emigrase a Rusia y se había explayado sobre las perspectivas que se ofrecían precisamente en el ramo comercial de Georg. Las cifras eran mínimas con respecto a las proporciones que había alcanzado el negocio de Georg. Él no había querido contarle al amigo sus éxitos comerciales y si lo hubiese hecho ahora, con posterioridad, hubiese causado una impresión extraña.

Es así cómo Georg se había limitado a contarle a su amigo cosas sin importancia de las muchas que se acumulan desordenadamente en el recuerdo cuando se pone uno a pensar en un domingo tranquilo. No deseaba otra cosa que mantener intacta la imagen que, probablemente, se había hecho el amigo de su ciudad natal durante el largo período de tiempo, y con la cual se había conformado. Fue así como Georg, en tres cartas bastante distantes entre sí, informó a su amigo acerca del compromiso matrimonial de un señor cualquiera con una muchacha cualquiera, hasta que, finalmente, el amigo, totalmente en contra de la intención de Georg, comenzó a interesarse por este asunto.

Georg prefería contarle estas cosas antes que confesarle que era él mismo quien hacía un mes se había prometido con la señorita Frieda Brandenfeld, una joven de familia acomodada. Con frecuencia hablaba con su prometida de este amigo y de la especial relación epistolar que mantenía con él.

-Entonces no vendrá a nuestra boda -decía ella-, y yo tengo derecho a conocer a todos tus amigos.

-No quiero molestarlo -contestaba Georg-, entiéndeme, probablemente vendría, al menos así lo creo, pero se sentiría obligado y perjudicado, quizá me envidiaría y seguramente, apesadumbrado e incapaz de prescindir de esa pesadumbre, regresaría solo, solo ¿sabes lo que es eso?

-Bueno, ¿no puede enterarse de nuestra boda por otro camino?

-Sin duda no puedo evitarlo, pero es improbable dada su forma de vida.

-Si tienes esa clase de amigos, Georg, nunca debiste comprometerte.

-Sí, es culpa de ambos, pero incluso ahora no desearía que fuese de otra forma.

Y si ella, respirando precipitadamente entre sus besos, alegaba todavía:

-La verdad es que sí que me molesta.

Entonces era realmente cuando él consideraba inofensivo contarle todo al amigo.

-Así soy y así tiene que aceptarme -se decía-. No pienso convertirme en un hombre a su medida, hombre que quizá fuese más apropiado a su amistad de lo que yo lo soy.
Franz Kafka

0 Ese monumento de papel

Pues resulta que voy a la librería de Antonio Méndez, en la calle Mayor, y le digo oye, compañero, ¿tienes la Biblia nueva que acaba de sacar la Conferencia Episcopal? Y Antonio, que es amigo hace veinte años, me mira de reojo y dice te veo chungo, maestro, una Biblia a tus años. De qué vas, Tomás. ¿Has visto la luz, o qué? Y yo le respondo que menos choteo, chaval, o la compro en el Corte Inglés. Grandes superficies, que se dice ahora. Y además quiero dos, una para regalar. Pues la tengo que pedir porque no la tengo, redunda Antonio. Y yo le digo: debería darte vergüenza. Un librero sin Biblia nueva en el escaparate. Ya sé que no vas a misa ni yo tampoco, y que monseñor Rouco y sus mariachis te caen, como a mí, igual que una patada en el duodeno. Pero no estamos hablando de opio del pueblo, ni de tocapelotas nietos de Trento, ni de estragos históricos y sociales, sino de cultura, chaval, que para ser librero no te enteras. De uno de los caudales de sabiduría que nos hizo lo que somos, cóscate, Viejo y Nuevo Testamento, cultura judeocristana que, combinada con el Islam mediterráneo, Grecia, Roma y toda la parafernalia, hizo lo que llamamos Europa y de rebote Occidente: sitio que lo mismo también te suena, Antoñete; aunque a esa vieja Europa, en tiempos referente moral del mundo, cuna de derechos humanos y crisol de cultura, ya no la reconozca ni la madre que la parió. Dicho en lenguaje de librero, para entendernos, te hablo del mayor bestseller de la Historia, necesario para quien pretenda estar al tanto de lo que es y lo que hace. Para tenerlo tan a mano como a Cervantes, Shakespeare y Montaigne: cuatro patas de la mesa donde algunos apoyamos los codos cuando estamos cansados. No sé si me explico.
Arturo Pérez-Reverte
XL Semanal
 Para leer el resto de Patente de Corso

0 José Luis Gutiérrez, "Diario16", amigo de los políticos. Vs Emilio Romero (1981)


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sábado, 2 de abril de 2011

0 Debate entre Juan Luis Cebrián "El País" y Antonio Izquierdo "El Alcázar", 23-F (1981)


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1 Fraga en Fukushima

Los debates que abarrotan internet sobre el último desastre nuclear hierven de machotes que aseguran que lo de Fukushima no es para tanto. Son gente sana, que desayuna yodo radiactivo y se unta plutonio en la pechera para ir dándole tono al bronceado. Ese berrido varonil, a medio camino entre el alarido de Tarzán y la insensatez de Homer Simpson, lo marcó Dragó, cuando llamó cobardes y cagones a la legión de periodistas que abandonaban Japón mientras él se quedaba a informar sobre su ombligo a sólo unos cientos de kilómetros de la hecatombe, emulando el aplomo con que Jünger quería sentarse en la terraza de un hotel para ver París ardiendo hasta las cachas. Dragó demostró que, aunque no tolera ni el humo de un cigarrillo, la lluvia radiactiva apenas puede traspasarle el ego.
Hoy cada día sabemos más sobre lo que sucede en el interior de Fukushima, esa reedición de Chernobil a cámara lenta. Es decir, cada vez sabemos menos. Los informes halagüeños de los primeros días ceden paso a adjetivos cada vez más y más opacos. Afortunadamente la actualidad está lo bastante llena de Gadafis, eres andaluces y aeropuertos vírgenes como para ir arrinconando el goteo pertinaz de los isótopos hacia la penúltima página del periódico. Es la misma información que siempre ha proporcionado el lobby nuclear, o sea, ninguna. Mentiras y pedorretas. Ocurrió en el atolón de Bikini, cuando la Armada estadounidense lanzó una bomba H y empleó a sus propios marinos como conejillos de indias. Ocurrió en Nevada, cuando las pruebas nucleares indiscriminadas provocaron unos 70.000 casos de cáncer de tiroides. Ocurrió en Chernobil, cuando bomberos, mineros, soldados y voluntarios a la fuerza se lanzaron a luchar contra un monstruo en llamas protegidos por un titular del Pravda.

David Torres
 
Ver todo el artículo A diestra y siniestra de ayer

0 La condena (I)

Era domingo por la mañana en lo más hermoso de la primavera. Georg Bendemann, un joven comerciante, estaba sentado en su habitación en el primer piso de una de las casas bajas y de construcción ligera que se extendían a lo largo del río en forma de hilera, y que sólo se distinguían entre sí por la altura y el color. Acababa de terminar una carta a un amigo de su juventud que se encontraba en el extranjero, la cerró con lentitud juguetona y miró luego por la ventana, con el codo apoyado sobre el escritorio, hacia el río, el puente y las colinas de la otra orilla con su color verde pálido.
Reflexionó sobre cómo este amigo, descontento de su éxito en su ciudad natal, había literalmente huido ya hacía años a Rusia. Ahora tenía un negocio en San Petersburgo, que al principio había marchado muy bien, pero que desde hacía tiempo parecía haberse estancado, tal como había lamentado el amigo en una de sus cada vez más infrecuentes visitas.
De este modo se mataba inútilmente trabajando en el extranjero, la extraña barba sólo tapaba con dificultad el rostro bien conocido desde los años de la niñez, rostro cuya piel amarillenta parecía manifestar una enfermedad en proceso de desarrollo. Según contaba, no tenía una auténtica relación con la colonia de sus compatriotas en aquel lugar y apenas relación social alguna con las familias naturales de allí y, en consecuencia, se hacía a la idea de una soltería definitiva.
¿Qué podía escribírsele a un hombre de este tipo, que, evidentemente, se había enclaustrado, de quien se podía tener lástima, pero a quien no se podía ayudar? ¿Se le debía quizá aconsejar que volviese a casa, que trasladase aquí su existencia, que reanudara todas sus antiguas relaciones amistosas, para lo cual no existía obstáculo, y que, por lo demás, confiase en la ayuda de los amigos? Pero esto no significaba otra cosa que decirle al mismo tiempo, con precaución, y por ello hiriéndolo aún más, que sus esfuerzos hasta ahora habían sido en vano, que debía, por fin, desistir de ellos, que tenía que regresar y aceptar que todos, con los ojos muy abiertos de asombro, lo mirasen como a alguien que ha vuelto para siempre; que sólo sus amigos entenderían y que él era como un niño viejo, que debía simplemente obedecer a los amigos que se habían quedado en casa y que habían tenido éxito.
¿E incluso entonces era seguro que tuviese sentido toda la amargura que había que causarle? Quizá ni siquiera se consiguiese traerlo a casa, él mismo decía que ya no entendía la situación en el país natal, y así permanecería, a pesar de todo, en su extranjero, amargado por los consejos y un poco más distanciado de los amigos. Pero si siguiera realmente el consejo y aquí se le humillase, naturalmente no con intención sino por la forma de actuar, no se encontraría a gusto entre sus amigos ni tampoco sin ellos, se avergonzaría y entonces no tendría de verdad ni hogar ni amigos. En estas circunstancias ¿no era mejor que se quedase en el extranjero tal como estaba? ¿Podría pensarse que en tales circunstancias saldría realmente adelante aquí?

Franz Kafka

viernes, 1 de abril de 2011

0 La Vanguardia, 1 de abril de 1939

0 "Diario16" publica el sumario del 23-F. Mosqueo de "El Pais" y "Pueblo", J. L. Gutiérrez (1981)


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0 Educación para la heterosexualidad

Bolsonaro, de 56 años, fue invitado al espacio 'O povo quer saber' ('El pueblo quiere saber') para responder cerca de una veintena de preguntas formuladas por ciudadanos en la calle. Y ya desde la primera, dejó claro que no pretendía pasar de puntillas por la entrevista.
"¿Quién es su gurú en la política?", se interesó un joven. "Los militares que fueron presidentes de nuestro país", contestó el diputado sin despeinarse.
Era sólo el comienzo de una sucesión de elogios a los dictadores, "personas serias que ejercían la autoridad sin enriquecerse", alternados con tajantes críticas a los gobernantes de la democracia. Tanto a la actual jefa de Estado, Dilma Rousseff, como a sus predecesores Luiz Inácio Lula da Silva y Fernando Henrique Cardoso.
Pero la entrevista no estalló hasta que a uno de los ciudadanos-entrevistadores le dio por abordar la cuestión de la homosexualidad. "¿Qué haría si tuviera un hijo gay?", le interrogó. "Eso ni siquiera pasa por mi cabeza, porque han tenido una buena educación", respondió Bolsonaro.

Ver la entrevista completa en El Mundo
 

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